viernes, 6 de junio de 2008

Unas ganas ubérrimas de escapar.


Son días de lluvia y recuerdo las películas de Tarkowsky donde el agua es un símbolo necesario para la limpieza del alma, esto sucede cada vez que veo el agua entrar por la gotera de mi cuarto, lo que me ha obligado a un cambio abrupto en toda la habitación: Mover cama, escritorio, libreros, cajas, gavetas, etc... bien podría encontrar allí un símbolo del reordenamiento de mi alma (¿será qué busco símbolos en todas partes ?), pues muchas cosas han cambiado en este último año desde que repudié mi carrera y me estoy reconciliando con la vida. Lo único que no ha desaparecido es el deseo de escapar, de salir corriendo y viajar hacia ninguna parte. Necesito un viaje, pero sin compañía que son los mejores viajes para encontrarse a uno mismo en donde nadie puede encontrarte. Por el momento me conformo con ganarle a una amiga en el ajedrez, vagar por la ciudad con ella y otro amigo en un día de lluvia con la excusa de no haber cruzado nunca por alguna calle del centro; La ciudad es una especie de labrinto-jaula y esto es suficiente escape.

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