sábado, 30 de agosto de 2008

La piedra rodante.

He mantenido siempre una posición de mente abierta ante todas las ideas que se desarrollan en el ámbito de la literatura nacional (si es que ya se puede hablar de tal) me mantengo en contacto con integrantes de varios grupos. En todo caso mi base teórica es aun muy débil para hacer una crítica ante las ideas de cada uno de ellos. Sirva esto de introducción para el siguiente ideario.

Sobre la cuestión del compromiso o no, seamos claros, yo me siento muy a fin con las ideas de la izquierda; aunque siempre despresiaré el totalitarismo, el culto a la personalidad, el ataque a la dignidad humana y la automatización del individuo que venga de sujetos escudados en cualquier ideología Considero que la posición política, en cualquier arte, viene ser una cuestión personal que si se refleja no demerita el trabajo y puede o no ser aceptada por el individuo, que también tiene su propias ideas; pero al momento de comprometerse se olvida algo importante, algo que no es descubrir el agua caliente: siempre se debe tener un fundamento estético; no se puede escribir solamente escudado en una ideología y entre más se aleje de lo estético un poema, menos poema será.

"No debemos vestir las palabras" como me dijo el Maestro Fausto en el taller, el discurso nace por si mismo y toma su cauce, pero el verdadero trabajo no termina allí, hay que revisar a conciencia lo que se escribe y esa es la parte más dificil; porque implica un conocimiento profundo de la literatura y la lengua.

La idea de la muerte de la poesía es algo que todavía no me convence, a pesar de los buenos argumentos que tienen es contradictorio que sus defensores digan que la poesía ha muerto, cuando pretender crear una nueva poesía, así sea con la "hibridación" en otros géneros y en pleno siglo XXI declaran la muerte de la poesía, cuando Ball y sus compañeros en Zurich declararon ya la muerte del arte a principios del siglo XX. Siempre defenderé que "el símbolo de la poesía es el fénix" y su eterno renacer tras cada muerte como dijo Paul Éluard.

Si bien el mensaje aveces se torna oscuro y esto dificulta el acceso del lector, no significa haberse alejado del ser humano común, ¿acaso la visión del shaman no debía también ser interpretada? los que formaron la élite fueron los interpretes. Además está la cuestión del lector ideal ( como me decía Euclides, no el matemático)

Las obras clásicas tienen hoy tanta vigencia como ayer, lo digo en forma personal, cada lector es una experiencia distinta y hay tantas visones de una obra como lectores. Si vemos bien, allí afuera están el cielo, el purgatorio y el infierno mezclados ; Hamlet, me habla hoy como antes de la dubitación del ser y los gigantes están allí antes los locos que los amenazan con sus lanzas.

En cuanto a imitar, seré claro, sé muy bien mi nombre JORGE MANUEL MARTÍNEZ GALEANO, vivo en Honduras, crecí en la frontera con Nicaragua y es probable que regrese a morir allí como si nunca hubiera existido, no he amado desesperadamente, no he vivido o muerto lo suficiente, no soy Dante, Rilke, Rimbaud, Breton, Tzara, Artaud, Miller, Ginsberg, Cortázar o cualquier otro alimento de gusanos que he leído ( es decir difunto).

¿Qué espero de la poesía? me gusta arar en el mar. Hasta donde sé sólo espero vivir; aunque me traicionen el ego y los delirios de grandeza algunas veces y crea que escribo para el universo entero una sinfonía inconclusa que pocos escucharán, mi música que será borrada del universo por el primer meteoro sin rumbo para reducirse al polvo de estrellas que siempre fue; por ello he aprendido a esperar nada en donde todo espera y a esperar todo en donde nada espera (Neruda). Aun cuando no sepa el valor que tendrán mis palabras, lo importante es el camino...

With no direction home
like a complete unknown
like a rolling stone.
-Bob Dylan

1 comentario:

Suny dijo...

Mmmm..., mmm...., y más mmmm