domingo, 30 de noviembre de 2008

Demo(g)racia

Tengo varios años mirando trabajar a mi familia por diversos partidos políticos, en mi casa siguen (ellos) al partido liberal y el lado de la familia materna sigue al nacionalista, de tal forma que siempre ha habido por lo menos un candidato a algo cada ocho o cuatro años y eso me ha dado una visión muy distinta sobre lo que es el partidismo, más allá de sólo criticar su engranaje podrido he podido ver el monstruo desde adentro. Dejenme decirles que todo lo que se dice de las campañas políticas se queda corto. Además de las normales envidias entre candidatos (incluso del mismo partido o corriente) está la venta de influencias que ha reducido la democracia a el simple trato: "Te doy mi apoyo y el de mi gente si me das x" pues, a esto está sujeto todo movimiento partidista. No sólo eso también existe el tráfico de influencia de los que están en puestos de poder para hacer su agosto con los candidatos menos favorecidos o más honrados: "Espereme, acá en este registro mando yo y le doy lo que quiera tal y como se me porte o según lo que aporte"; los representantes de los partidos políticos en la zonas más lejanas de nuestro país son comprados para las elecciones generales; los candidatos en mejor posición piden "colaboraciones" acordes a la candidatura a la que se quiera postular el novísimo político, a menos claro que sea hijo de uno de la vieja guardia, en cuyo caso es amigo y compañero de batalla de toda la vida (aunque tenga 20 años menos). Eso y muchísimas cosas que puedo seguir mencionando y de las cuales quizás no tenga pruebas, más que mi palabra, todas las he visto y no quiero seguir siendo parte de esa cloaca mediante un voto que nada cambia, NADA.
Había decidido sólo votar por gente que fuera de mi entera confianza, que conociera, que conviviera en mi situación y quizás esas personas sólo sean un 0.01% de los candidatos actuales, lo que me deja con una simple decisión, que se resume en un graffiti que leí hoy:

HUSTED NO BOTE

1 comentario:

marcela dijo...

Francamente este país es un gran pedazo de decepción.