lunes, 22 de diciembre de 2008

Sufrir horrosamente de la vida.

"Ignoro lo que son las cosas, ignoro todo estado humano, nada en el mundo gira para mí, en mí. Yo sufro horrorosamente de la vida. No hay estado que yo pueda alcanzar. Y, ciertamente, estoy muerto desde hace mucho, ya estoy suicidado. Me suicidaron, es decir".

Cartas a la vidente

Antonin Artaud.

"Yo sufro horrorosamente de la vida." Finalmente alguien me aclaró que esta frase es de Artaud y le agradezco a Armando por ello; pues siempre me corregían diciendo que era de Vallejo.
Artaud, a él le debo mi terror a los psiquiatras (no hablaré de ello ahora) y también la idea de una verdadera libertad y rebeldía. Fue catalogado como loco y encerrado en un manicomio y, si lo desean, pueden ver una biografía en el link que les dejo; pues sería muy largo entrar en detalles aquí, además de creer que nada nuevo podría aportar yo a la figura de este hombre, mas que una simple recopilación de su vida y textos.
Si quieren, pueden buscar de él "Viaje al país de los taraumaras" o "El pesa nervios" en la biblioteca de la UNAH, él primero es su libro que más me caló y se los recomiendo especialmente. En fechas cuando la rutina, incomunicación y otras monstruosidades del ser rondan tan cerca pienso en su viaje y que es necesario ir a un lugar para encontrarse a si mismo y luego morir sin morir, ser otro y siempre el mismo; porque se nace para vivir y eso es todo, elegirnos a nosotros mismos para cruzar a ese "otro lado" de vez en cuando. Lástima que los "Doctores" de Artaud no lo entendieran así.

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