jueves, 9 de abril de 2009

Viajes, viajes, viajes... el de esta ocasión a Danlí.


El primer fin de semana santa habíamos decidido visitar a Fausto, nuestro amigo y profesor del taller de literatura de la UNAH. La primera parte del viaje fue a puro jalón, allí íbamos y para aguantar lo largo del viaje nos paramos a sentir el viento en la cara, a pesar del polvo y los sustos de las vueltas del camino y alguien pregunto "¿Quién se sabe una canción lo suficientemente larga para poder cantarla hasta llegar a Danlí?" y en coro se repondimos "¡El himno nacional!" XD

No está de más decirlo, el calor estaba insoportable.

No habíamos ni siquiera empezado la sexta estrofa cuando llegamos a un lugar llamado "Ojo de agua" y allí se acabó el jalón. De nuevo a tratar de salir de ese lugar lo más rápido posible.

Pasaron vehículos...

Muchos vehículos..

Muchísimos vehículos...


Y el calor aumentaba.


Pero no por eso nos rendimos.


Al final conseguimos tomar un bus a Danlí e ibamos tranquilos.


Dulcemente observados.

Cansados por el viaje pero llegamos. Fausto fue muy amable al irnos a traer a la terminal y llevarnos a su casa, un lugar pequeño y acogedor al lado de la carretera. Dado su buen estado y que unicamente nos dijo que tenía un problema pulmonar, preferimos descartar muchos rumores sobre su mala salud.

Tuvimos oportunidad de conocer su biblioteca (me moría de curiosidad desde hace mucho por eso) Era más pequeña de lo que me imaginaba, seguramente porque tiene parte de sus libros en diversos lugares; está llena de textos imprescindible de literatura, filosofía, política, arte, lingüística, etc..,

Incluso me prestó una antología de Enrique Lihn

No recuerdo bien la historia de esta escultura.

Más tarde fuimos a sentarnos en el corredor y revisó algunos poemas de un libro en el que Magdiel todavía trabaja. Durante una parte de la noche todo sería contar anécdotas, chiste, hablar de política y literatura. Vagamos de noche por Danlí, sólo para comprobar que a las 10P.M ya no hay un sólo establecimiento abierto.

Pero antes nos fuimos a caminar por estos lugares, aunque también hablamos de un montón de cosas en el trayecto.


Hablamos de la vaca de Omar Vignole, de la que contaba Neruda , Vignole llevaba a todas partes e incluso dice que muchos de sus libros se titulaban "Lo que piensa mi vaca", " Lo que escribe mi vaca", etc... hablando de eso, Magdiel se llevó el primer lugar con su invención de por qué nos deberían dejar llevar una vaca en el bus "Ya que se llevan gallinas y, teniendo en cuenta que una de las características de lo sublime es su grandeza, entonces nuestra vaca es más sublime que las gallinas y por eso deben dejar que la subamos al bus"


A la mañana siguiente estuvimos en este pequeño café. Allí la gente se sienta a platicar; los carteles que ven son poemas, letras de canciones, fotos y caricaturas.

Esta laguna es bellísima, estuvimos allí la mayor parte del domingo.

Aprovechamos para nadar y almorzar, ni Magdiel que tiene un problema en el pie a raíz de un accidente se pudo aguantar las ganas.

Y el domingo regresamos, muy agradecidos con Atahualpa (el hijo de Fausto) que nos dio jalón hasta Tegus y por supuesto con él.

6 comentarios:

Suny dijo...

Parecen pateros XD

si Melissa mira esa foto publicada, capaz te mata (o en su defecto, te viola)

marcela dijo...

Tienen valor de andar a jalón!! Pero yo no puedo hablar al respecto, ya lo he hecho.

Manuel dijo...

ups, se me olvidó decir que las fotos las tomamos Ludwing Magdiel y yo. Sólo por aquello de los derechos de autor ¬¬

Ludwing Varela dijo...

A eso venia ya, a reclamarte los derechos de autor, jajaja. Haber que día regresamos "al paraiso". (Mis fotos son la primera la de la niña, la de eclides y la de la vaca)solo por si las moscas.

. dijo...

Qué divertido, y qué buena la de la vaca.

Gustavo dijo...

Puta hombre! ya días de no saber de estos delincuentes de las letras; la barbie de la poesía hondureña: Magdiel; y el alero Ludwing, a quien me encontré por última vez en el parque central de San Pedro Sula, e iba de viaje con el fin de vender no sé qué junto a unos guanacos.
Y qué pedo? (Que me perdone Manuel, es el nombre del editor del blog, no? por mi lenguaje indecente, jaja)
Cuándo los veo, cabrones? Ya días no sé nada de Héctor tampoco. Cuando vengan, avisen. Cuídense.
Portaos... y soportaos los unos a los otros. jaja