miércoles, 17 de junio de 2009

De como el autor de este blog pudo por fin, tras una serie de aventuras y reuniones , leer los Detectives salvajes


Había unos nombres que ya ratos me sonaba en el oído "Roberto Bolaño", "Detectives salvajes" . Los compañeros de la Carrera de Letras me decían "Leé los detectives", Ordóñez me pasó una versión digital y me dijo "leé los detectives", leía el blog de Darío Cálix y escuchaba "Me están siguiendo detectives", gané un segundo lugar en un pequeño concurso de poesía y me dije ¡Me voy a comprar Los Detectives!; sin embargo, tentaciones de fuerza mayor me lo impidieron.

No tenía ni un cinco para comprar el dichoso libro y ya hasta estaba resignado a tener que esperar a conseguir trabajo para comprarlo; porque tengo la manía de ser esclavo de ese placer que da tener el libro en tus manos, el haberlo encontrado sin más ni más y saber que está allí. Hasta que hace unos días pasó lo inesperado: la hija de una compañera de la carrera anda leyendo esa novela. Sabía muy bien a lo que me metía si leía las primeras páginas, pero igual lo hice. "Me permite verlo", le dije y lo abrí, mis ojos se dirigieron justo a esa parte...

"No sé muy bien en qué consiste el realismo visceral. Tengo diecisiete años, me llamo Juan García Madero, estoy en el primer semestre de la carrera de Derecho. Yo no quería estudiar Derecho sino Letras, pero mi tío insistió y al final acabé transigiendo. Soy huérfano. Seré abogado. Eso le dije a mi tío y a mi tía y luego me encerré en mi habitación y lloré toda la noche. O al menos una buena parte. Después, con aparente resignación, entré en la gloriosa Facultad de Derecho, pero al cabo de un mes me inscribí en el taller de poesía de Julio César Álamo..."

Y allí sí, el acabose, la necesidad de leerlo, de seguir hasta el final, de saltar por la ventana con el libro gritando como un loco. Elsenora me dijo que me lo iba a prestar (aún lo espero). Como no me podía aguantar, al llegar a la casa me fui directo a la computadora, abrí el archivo que me dio Ordóñez y me puse a leer las 100 primeras páginas en una sola noche. No lo pude evitar, hace mucho que no sentía esto por un libro, hace muchísimo, y creo que desde que leí Trópico de Capricornio.

En fin, que trivial se oye esto para un título tan pomposo; pero estoy feliz leyendo este libro, que quizás ya la mitad de los lectores que conozco lo habían iniciado menos unos amigos y yo.

6 comentarios:

Ross dijo...

Qué genial... Me encanta cuando abrís un libro y ¡paf!, te golpea alguna casualidad de la vida y eso que estás leyendo lo has vivido, lo has sentido, sabés de qué está hablando. Qué lindo leer un libro así.

Salvatierra dijo...

Y así hay un montón de partes con las que te vas a identificar y docenas más con las que te vas a cagar de la risa. Qué bueno, todo estudiante de Letras debería leerlo.

Deberías de bajarte sus novelas cortas, como Nocturno de Chile y Estrella distante, fáciles de leer en pdf.

Manuel dijo...

Sí, Ross a mí también me encatnta cuando eso sucede. Es una de mis manías abrir alguna página al azar para ver qué se encuentra uno de repente.

Darío, tenés absolutamente la razón y vaya que me he muerto de la risa en un montón de partes. Voy a buscar las novelas que me decís para cuando termine ésta.

Gustavo dijo...

La primera novela que leí de Bolaño hace algunos años fue "Amuleto", y como era de esperarlo me encantó y me llevó a leer "2666". Época en que descubrimos también a "Bartleby y compañía", de Vila-Matas.
Manuel, así que buen provecho.

Manuel dijo...

Gracias.

Karen valladares, dijo...

nelson me lo regalo para una navidad. Hace como 2 años creo. o menos, soy huevonisisma para leer narrativa. pero cuando lo agarre llegue casi al final me cague de la risa leyendo, hace unos dias mi esposo me regalo estrella distante.