jueves, 17 de septiembre de 2009

15 de septiembre

Lo del 15 de septiembre fue realmente increíble, nunca en mi vida había visto algo así y no puedo salir de mi asombro; como hombre de poca fe que soy creí que con llenar la plaza central ya era bastante; pero nadie me había preparado para tal manifestación.

En primer lugar debo aclarar que no marché lo que se dice marchar, sólo llegué a eso de las 10 de la mañana al parque central, en ese momento un contingente de militares y policías se retiraba, habían llegado los primeros de la marcha en la resistencia y todos gritaban "Estudiar, aprender para chepos nunca ser" mientras los uniformados retrocedían. Yo me fui a la avenida Cervantes y entonces fue mi asombró, la calle estaba llena de lado a lado y el parque ya estaba repleto, pero la sorpresa mayor vendría después.

Como a eso de las 10:20 me fui a la estatua de Morazán, unos muchachos subieron a ella y le colocaron al general las insignias de diferentes grupos de izquierda, pero en la mano del general se colocó la bandera nacional, alguien hacía chiste de unas flores de los arreglos del gobierno, que pintaron de azules: "Las pintaron de azul, porque hasta estas flores son rojitas" un anciano que estaba por allí de repente recitó el verso final de un poema que escribió Antonio José Rivas para la estatua de Morazán: "Y estás en la mañana. Y no estás muerto" Allí mismo me recorrió un escalofrío por todo el cuerpo. Le hablé a Ludwing, todavía eran como las 10:32,me dijo, aun vienen gente por acá, por el hotel Honduras Maya, sólo entonces tomé conciencia de que eso era algo extraordinario y que la cantidad de gente superó todas las espectativas. El parque estaba a reventar.

Comenzaron los actos, algunas consignas, discurso de la primera dama y el himno nacional; ese fue otro momento bonito; alguien arrancó unas margaritas de las flores que estaban en los arreglos y con su puño la levantó en alto, envuelta por la bandera nacional mientras cantaba (¿Por qué se me quebró mi cámara? T.T) llegó Ludwing y me fui a acompañarlo, nos encontramos a un profesor de letras que nos saludó muy alegre y efusivo por todo lo que sucedía; la gente no paraba de llegar y eran recibidos con consignas para alentarlos y finalmente a eso de las 12:00 llegó el último grupo: Los artistas contra el golpe que realizaron un acto de protesta muy de arte moderno.

Nos dedicamos a buscar a nuestros compañros, primero encontramos a Héctor y fuimos a comer baleadas, después a Magdiel, también a un compañero de Ludwing; decidimos irnos para Paradiso, donde estaba reunida la mayor parte de la gente y allí nos encontramos con más compañeros de la carrera de letras y estuvimos hasta las 2 de la tarde. Ya después confirmaríamos que en el estadio la cosa estuvo a medio vapor, con 20, 000 personas, según medios oficiales, en un estadio con capacidad para 30,000 a 34,000 y ni hablar de lo del central que todavía no se clarifica, pues existen varias versiones; aunque lo que importa es que la marcha fue un éxito y un demostración de que no es la resistencia no es una minoría, negarlo es difícil; pues algo cambió en Honduras y se respira, se siente en el aire. Lo más importante de todo es que este quince de septiembre no fue como en otros años, este tenía un significado especial y una toma de conciencia de lo que lleva consigo esta fecha.

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