"Y por el poder de una palabra
reinicio mi vida
nací para conocerte
para nombrarte
Libertad”
-Libertad, poema de Paul Éluard
reinicio mi vida
nací para conocerte
para nombrarte
Libertad”
-Libertad, poema de Paul Éluard
Hablar de libertad en un país que ha sufrido de dictaduras militares y doctrinas de seguridad nacional, es hablar de conquistas que se han hecho con las uñas, conquistas que se ven amenazadas por el mayor retroceso en cuanto a libertades civiles que se ha visto en nuestro país. Es duro ponerse a reflexionar que para defender una democracia y una paz ficticia en todo momento tengan que destruir cada derecho inherente a toda persona y la prueba está en estas medidas legales, pero arbitrarias.
Desde el inicio de todo este caos pudimos ver atisbos de lo que sería un negro futuro, después del 28 de Junio se cerraron medios de comunicación, se impidió la libre circulación, el presidente tenía un proceso pendiente; pero se prefirió exiliarlo, se le acusó pero se le negó el derecho a un juicio justo y a una defensa al impedirle el reingreso al país en los funestos sucesos del aeropuerto Toncontín donde las fuerzas armadas dispararon contra más de 100,000 manifestantes, se detuvo a personas de forma arbitraria y se les sometió a tratos crueles, se cometieron actos de amenaza contra medios de comunicación que no eran afines al golpe de estado. Son cosas que ya sabemos, pero vale la pena hacer el recuento y sobre todo para que no nos resulte extraño el punto al que se ha llegado.
El día de ayer fue un día oscuro, por primera vez en muchos años se cerró un medio de comunicación por cuestiones políticas y lo digo así sin tapujos, porque esa es la verdad. Dirán aquellos que apoyan estas medidas que muchos de esos periodistas son poco serios o que eran extremistas que apoyaban actividades de secesión; pero no se puede echar a todos en un mismo saco cuando hay personas que tienen las suficientes razones legales para condenar lo que esta sucediendo en Honduras. Si bien es cierto no olvido hechos pasados de esos mismos periodistas que me parecieron fuera de toda actitud profesional, no puedo negar que en este trance histórico ellos han cumplido una función que muchas de las grande cadenas han olvidado: Informar y estar en el lugar de la noticia. Claro que parte de la ética es informar de manera transparente y eso incluye filtrar lo menos posible la opinión personal para que sea el público el que saque sus propias conclusiones, es por ello que por sobre todos los medios se levantan canal 11 y diario El Tiempo como claros ejemplos del profesionalismo. Pero los otros medios también han hecho su parte ¿hubiéramos sabido de las represiones y abusos de las fuerzas antidisturbios o de otros actos en absoluta contradicción contra el estado de derecho de no ser por radio Globo y canal 36 o nos daríamos cuenta de lo acontecido en las manifestaciones? No, realmente grandes cadenas como TVC jamás hubieran transmitido esas imágenes, no porque los manifestantes tuvieran una actitud amenazante hacia ellos, ya que cuando se trató de tomas aéreas sí pudieron obtenerlas; sino porque va contra la línea de información que tienen como medio, la línea menos objetiva: Tomar partido por el gobierno de facto y ocultar cualquier información que sea contraria a éste, así como resaltar y maximizar, hasta niveles insoportables para cualquier espectador inteligente, todo hecho que beneficie la imagen de las autoridades en el poder y disminuya la de las derrocadas. De todo ello se deriva que sean necesarios medios que les hagan el contrapeso, medios como canal 36 y radio Globo.
Ya muy poco queda de esa libertad que antes se pregonaba a los cuatro vientos. A partir de ayer, gracias a ese decreto, disentir es un delito y sólo nos queda la libertad de nuestra conciencia, la de saber que por ahora nadie podrá controlar lo que se piense o se diga en mi interior, esto por lo menos hasta que no lleven su paranoia al nivel de novelas sobre distopías de las que nunca me imaginé sería parte. Dado el momento más sombrío de la democracia de nuestro país, en el cual vemos como poco a poco nuestros derechos y los de otros son conculcados, es el momento de levantar la voz contra ello y por eso llamo a una reflexión general: La libertad no se defiende eliminando la libertad, la democracia no se defiende imponiendo una sola voz.
Desde el inicio de todo este caos pudimos ver atisbos de lo que sería un negro futuro, después del 28 de Junio se cerraron medios de comunicación, se impidió la libre circulación, el presidente tenía un proceso pendiente; pero se prefirió exiliarlo, se le acusó pero se le negó el derecho a un juicio justo y a una defensa al impedirle el reingreso al país en los funestos sucesos del aeropuerto Toncontín donde las fuerzas armadas dispararon contra más de 100,000 manifestantes, se detuvo a personas de forma arbitraria y se les sometió a tratos crueles, se cometieron actos de amenaza contra medios de comunicación que no eran afines al golpe de estado. Son cosas que ya sabemos, pero vale la pena hacer el recuento y sobre todo para que no nos resulte extraño el punto al que se ha llegado.
El día de ayer fue un día oscuro, por primera vez en muchos años se cerró un medio de comunicación por cuestiones políticas y lo digo así sin tapujos, porque esa es la verdad. Dirán aquellos que apoyan estas medidas que muchos de esos periodistas son poco serios o que eran extremistas que apoyaban actividades de secesión; pero no se puede echar a todos en un mismo saco cuando hay personas que tienen las suficientes razones legales para condenar lo que esta sucediendo en Honduras. Si bien es cierto no olvido hechos pasados de esos mismos periodistas que me parecieron fuera de toda actitud profesional, no puedo negar que en este trance histórico ellos han cumplido una función que muchas de las grande cadenas han olvidado: Informar y estar en el lugar de la noticia. Claro que parte de la ética es informar de manera transparente y eso incluye filtrar lo menos posible la opinión personal para que sea el público el que saque sus propias conclusiones, es por ello que por sobre todos los medios se levantan canal 11 y diario El Tiempo como claros ejemplos del profesionalismo. Pero los otros medios también han hecho su parte ¿hubiéramos sabido de las represiones y abusos de las fuerzas antidisturbios o de otros actos en absoluta contradicción contra el estado de derecho de no ser por radio Globo y canal 36 o nos daríamos cuenta de lo acontecido en las manifestaciones? No, realmente grandes cadenas como TVC jamás hubieran transmitido esas imágenes, no porque los manifestantes tuvieran una actitud amenazante hacia ellos, ya que cuando se trató de tomas aéreas sí pudieron obtenerlas; sino porque va contra la línea de información que tienen como medio, la línea menos objetiva: Tomar partido por el gobierno de facto y ocultar cualquier información que sea contraria a éste, así como resaltar y maximizar, hasta niveles insoportables para cualquier espectador inteligente, todo hecho que beneficie la imagen de las autoridades en el poder y disminuya la de las derrocadas. De todo ello se deriva que sean necesarios medios que les hagan el contrapeso, medios como canal 36 y radio Globo.
Ya muy poco queda de esa libertad que antes se pregonaba a los cuatro vientos. A partir de ayer, gracias a ese decreto, disentir es un delito y sólo nos queda la libertad de nuestra conciencia, la de saber que por ahora nadie podrá controlar lo que se piense o se diga en mi interior, esto por lo menos hasta que no lleven su paranoia al nivel de novelas sobre distopías de las que nunca me imaginé sería parte. Dado el momento más sombrío de la democracia de nuestro país, en el cual vemos como poco a poco nuestros derechos y los de otros son conculcados, es el momento de levantar la voz contra ello y por eso llamo a una reflexión general: La libertad no se defiende eliminando la libertad, la democracia no se defiende imponiendo una sola voz.
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