Él es Zdzislaw Beksinski, nació en el sur de Polonia, en un pueblito llamado Sanok, un 24 de febrero de 1929. llego el momento, tuvo que salir de su pequeño pueblo para ir hacia la capital "Krakovia" a estudiar arquitectura y tuvo que retornar a su pueblo en 1955. Sólo pudo conseguir trabajo en como supervisor de construcciones, un trabajo que é detestaba a más no poder, fue en medio de estos momentos difíciles que se vio atrapado por la fotografía y la escultura a la que se dedicaba en sus pocos ratos libres; pero muy pronto un suceso le cambiaría la vida para siempre.
Una mañana de un convoy ferroviario a gran velocidad lo atropelló y estuvo varios días en coma, cuando despertó después de una milagrosa recuperación comenzó a interesarse en la pintura y a pintar de una forma casi obsesiva. Pero sus pinturas eran imágenes terroríficas, desalentadoras o muy deprimentes; una visión oscura del mundo. Cuando le preguntaron el por qué, él unicamente respondió que sólo pintaba visiones del lugar que había visto. Según dijo, este era un lugar de brumas y sombras, donde estuvo rodeado de soledad y silencio; un páramo yerto y desolado acosado por figuras fantasmagóricas: El infierno. Más allá de la leyenda, el estilo de su obra probablemente fue inspirado por la de Ernst Funch y su realismo fantástico que nos muestra pinturas de gran tamaño y muy detalladas. El trabajo de Beksinski se desarrolló sin mayores problemas, pero en los 70s quemó algunas obras que consideraba demasiado personales para ser presentadas. Es en los años 80 cuando llega a su climax como creador y la cúspide de su fama, siendo reconocido en buena parte de América, Europa y Asia. Se negaba rotundamente a darle un título a sus obras o una interpretación e incluso a muchas de ellas no las consideraba deprimentes sino de humor negroPero la desgracia estaba tras este pintor, en el año de 1998 su esposa Zofía murió y un año más tarde, en noche buena, su hijo Tomanz se suicidó, siendo Beksinski quien descubrió su cuerpo. Incapaz de aceptar la muerte de hijo, guardó siempre un sobre donde había escrito: "Para Tomek, en caso de que yo patee el balde"
No hay comentarios:
Publicar un comentario