domingo, 18 de julio de 2010

Superman Rojo


¿Qué pasaría si Superman en vez de haber caído en el pueblerino y estadounidense Villa Chica, hubiera caído en una granja comunitaria de la Unión Soviética? Ese es el dilema que nos plantea este cómic de la DC con Guión de Mark Millar y dibujo de Dave Johnson junto con Kilian Plunket, el cual fue publicado en tres entregas en el año 2003 .


Es de notar que este cómic no cayó en lo que esperaría: Un panfleto pro-capitalista que ataca a su enemigo ideológico, aunque sí hay algo de lo que leí alguna vez de la necesidad del sistema que se cree vencedor de vestir con los ropajes del que considera derrotado.


La historia de este cómic no deja de ser algo simplista, se limita a repetir los patrones clásicos del Superman que todos conocemos en un mundo paralelo; pero hay algo extraño en todo, da la impresión que por momentos el guionista nos quisiera dar a entender que las personas defienden aquello en que les ha tocado creer o se revelan contra cualquier sistema, no porque este sea el mejor o el peor objetivamente (de hecho ambos sistemas en el cómic llevan a la humanidad a la opulencia) sino porque su naturaleza es la necesidad de cambiar las cosas hacia lo que ellos consideran como la verdadera libertad. Tal es así, que encontramos un Superman que da todo por su sistema, porque tiene una fe firme en que los ideales que le inculcaron sus padres son los mejores y otros personajes de la historia que creen todo lo contrario, porque también piensan que hacen lo correcto.


Lastimosamente, el autor no explota al máximo lo mencionado en el párrafo anterior y las posibilidades de una historia como esta, al final la historia se cae, aunque en su conclusión no deja de darnos una sorpresa que nos dejará pensando en como la humanidad se refleja en lo que crea.


Es una lectura que les recomiendo si, como a mí, les da curiosidad y el morbo de leerla, porque no hay que negar que sí hay algo de morbo en ver a un icono de los Estados Unidos enfundado en las vestimentas de su clásico adversario ideológico.


Y ya para finalizar, le quiero dar los créditos a mi amigo Ian Díaz (muy de izquierda, por cierto) por recomendarme esta lectura.

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