viernes, 14 de enero de 2011

Mis días de radio

Mi primer encuentro con la radio fue gracias a mi papá. En un pueblo donde no se captaban las televisoras nacionales, no existía la televisión por cable y todos nuestros vecinos eran amates del base-ball o del boxeo; mi papá se aferraba a seguir escuchando sus partidos de la selección nacional. Recuerdo haber escuchado los partidos de los juegos de Mar de Plata de 1995, aquella vez en que Chocolate Flores le dio el gane a Honduras frente a Brasil, luego la eliminatoria completa hacia Francia 1998. Ahora que lo veo en retrospectiva resulta chistoso recordar a mi papá gritándole a aquella cajita que te teníamos en la sala "¡Dale, dale, corré, corré, Gooooooool!" (Y mea culpa, una vez, en 1996, nos pusimos a saltar abrazados por un gol de Amado Guevara).

Pero fue en 1997, el año en que mi papá me regaló mi primer radio y desde allí nació un apego por aquel aparatito que no puedo describir en unas cuantas líneas. Era la final entre Motagua y Real España, y yo me quedé más allá de la hora del partido, probablemente hasta la madrugada, tratando de escuchar todas las radios. Era un radio pequeño, pero potente que tenía la opción de A.M., F.M. y onda corta, donde escuchaba todas las radios internacionales.

Entre las primeras radios que busqué escuchar estaban las internacionales, pienso que por sentirme aislado en un pueblo perdido del mundo, donde a duras penas sí llegaban noticias de la capital. Esa primera radio extranjera fue la X.E.W. de México, "cadena azul y plata" como decía una voz profunda en cada una de sus emisiones, allí pasaban de todo: retransmitían el noticiario de Televisa, luego venía un programa de educación sexual que tenía el sugerente nombre de "Desnudo total", más tarde trataban temas de la historia, la política o la cultura de México (Allí aprendí que durante la revolución mexicana, lo corridos eran una forma de transmitir mensajes secretos para los revolucionarios). El programa del que sí era un radio-escucha fiel era el radio teatro de los sábados, donde pasaban obras acordes a la fecha que se conmemoraba como la muerte de un escritor y entonces la obra era sobre su vida, el 5 de mayo y la obra era sobre Benito Juárez contra el imperio de Maximiliano (Me sonaba a la guerra de las galaxias, pero bueno...), día de muertos y pasaban Don Juan Tenorio; conste que las obras las pasaban completas, nada de versiones resumidas, así que muchas veces me tocó quedarme hasta horas de la madrugada.

La que sí exploré palmo a palmo fue la onda corta, entre más lejana era la radio que lograba sintonizar más orgulloso me sentía y creo que llegué a mi límite la vez que pude captar la emisión en español de Radio Japón Internacional, donde pasaban un resumen del mundial de Volei-ball, y de Radio China Internacional, donde deban clases de Mandarín o algo así , y todo en una misma noche (aunque de la de radio China no estoy seguro, pero hablaban mucho del partido comunista.): Lo interesante era que en la onda corta sí tenía opciones, por ejemplo, podía escuchar en directo un discurso de Fidel Castro por radio Rebelde y luego pasarme a escuchar la Radio Martí, donde lo imitaban con el tono burlón de los exiliados; pero llegó un punto en que me harté de ambos y sencillamente ya no me parecía divertido escucharlos (¡Hey!¿Qué querían? Tenía 13 años y todo lo que se refiriera a política me terminaba pareciendo aburrido). Otra radio que debo mencionar es Radio Exterior de España, donde escuchaba más que todo partidos del Barcelona, las noticias y un programa de gente que buscaba amigos por correspondencia en el mundo; en este último había un niño inglés que llamaba todos los días y hablaba tan mal el español que el locutor le dijo "Deja de prostituir el idioma" el niño le preguntó "¿Qué es prostituir el idioma?", "Es molestar el idioma", le dijo el locutor, ya un poco harto "¡Ah! entonces mi compañeros de escuela me prostituir mucho", "No, niño, ve a que te lo explique tu papá mejor" y luego le cortó. También estaban otras emisoras de las que no puedo hablar mucho, porque sólo se limitaban a dar noticias y tenían una sección en español que apenas duraba una hora más o menos, esas eran la Radio Francia Internacional y B.B.C. de Londres que, además, esos espacios en español eran retransmitidos por otras radios que podía captar con mayor facilidad.

Pero debo hacer honor a las radios nacionales y a las de Nicaragua, que eran las que "de cajón" se captaban. Una que me llamaba la atención era la Magic de Estelí, sólo ponían música de los sesentas y los setentas, tiene el mérito de que fue donde, por primera, vez escuché a Bob Dylan; pero el resto de radios de F.M. eran muy comunes como para mencionarlas. En A.M. estaba Radio Corporación y radio Ya, una de derecha y otra de izquierda; pero la verdad es que me limitaba a los programas de "Pancho Madrigal" con las leyendas de miedo que este contaba en una y la sección de noticias insólitas de la otra. De Honduras sólo se podía oír Radio Valle y Radio Paz, H.R.N. y Radio América, en donde mi papá escuchaba sus noticias todas las mañanas y que la verdad no me parecían nada interesantes, salvo el sábado por las mañanas en que escuchaba a Enrique Ponce Garay (a quien conocería años después) mientras acompañaba a mi mamá a comprar en el mercado sabatino de Choluteca.

Y ya para terminar, les dejó una pequeña escena de la película "Días de radio" de Woody Allen, que de una u otra manera da nombre a esta entrada y que no pude encontrar subtitulada:


1 comentario:

Nelson Ordóñez dijo...

Mirá, ya tenés material para un cuento interesante.