domingo, 10 de julio de 2011

Adiós Facundo

La muerte de Facundo se suma al torbellino de barbarie y salvajismo que se da en Centroamérica desde hace más de un siglo, ayer por la represión política y hoy por la delincuencia. Podría hacer una lista inmensa de los artistas que han muerto de esta forma en nuestros países y, sin embargo, no alcanzo que me pase el horrible sentimiento que esta muerte me ha dejado. Este músico siempre propugno por la paz, en todo sentido de la palabra y más allá de ideología alguna, tal y como decía ya casi al final de su vida: "Ni somos ni de izquierdas ni de derechas, el universo incluye izquierda, derecha, arriba y abajo"; pero esto no implicaba que no criticara un sistema que le parecía deshumanizado ni que se quedara de brazos cruzados, así acompañó a la madre Teresa, fue embajador de buena voluntad de la O.N.U. y nos aconsejaba que en la vida había que tener cuidado, sobre todo, con los pendejos:




Quizás por todo lo anterior, cuando llegué a mis clases de francés y mis compañeros me dijeron que habían asesinado a Facundo, no lo pude creer y al salír de la Alianza caminaba por las calles de Tegucigalpa silbando y tarareando sin parar sus canciones; un sentimiento de irrealidad me invadió toda la tarde, de que aquello no era cierto, que había sido un error y en la BBC, en la TVE, en la TV5 iban a salir diciendo que sólo estaba en mal estado pero se recuperaría o que se habían equivocado; pero no fue así: el hombre de la canción "No soy de aquí, ni soy de allá" en la que yo encuentro representados los ideales de mi vida, había muerto.



A lo largo de nuestro vivir, hay artistas que nos marcan y que sentimos su partida; porque su obra de una u otra forma fue parte de nuestra existencia, es eso lo que nos duele. Recuerdo que a Facundo lo escuché por primera vez en unos viejos cassettes de popurrís de música latinoamericana que mi mamá compraba en el mercado. Obviamente la primera fue la canción que ya mencioné, la cual me acompañaría desde ese momento para siempre.

Se me vienen a la memoria muchas anécdotas personales con respecto a su composiciones y creo que todos tenemos una buena cantidad de ellas. Por ejemplo, recuerdo que, cuando estaba en mi crisis vocacional con lo que respecta a Derecho, su canción "Yo quiero ser bombero" me sacó una sonrisa en una noche de tristeza. Años después, quién se iba a imaginar que él moriría frente a una estación de bomberos de un boulevard llamado Liberación.



Y claro, mi amiga Suny una vez me regaló ese álbum que Facundo hizo con Alberto Cortéz "Lo Cortez no quita lo Cabral" y me hizo sentir muy feliz encontrarme de nuevo una obra que desde hace mucho tiempo me acompañaba; pero que, por esas cosas de ser de una generación donde los discos no se obtenían fácilmente si no tenías el dinero suficiente, no había podido conseguir. Ahora, si alguna vez tengo un trabajo y aun así me lleva puercas, puedo poner ese disco y decir... "Pobrecito mi patrón"


Otra cosa era que sus frases eran súperpegadizas, si alguien me decía que me iba a llevar la grande por hacer esto o aquello ya que no parecía lógico cierta decisión que tomaba, yo sólo les respondía con una frase de Cabral: "Hago únicamente aquello que amo" y es que esto era así para él, de tal manera que cuando le preguntaron qué contenía su testamento, y ya con esto quiero terminar esta entrada tan triste, él dijo: "Que la vida es un regalo inapreciable, que nacemos para vivir, y que solamente se puede vivir en amor."

Gracias Facundo, hasta siempre.

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