martes, 27 de septiembre de 2011

En la ciudad de la furia y también de la violencia

Ayer, asaltaron a una amiga a la que esperaba en la UNAH  y que, por esa misma razón nunca pudo llegar, y si le hubiese pasado algo nunca me hubiese dejado de sentir culpable; poco antes, otro amigo, mientras yo la esperaba a ella, pasó contándome que lo acaban de casi secuestrar frente al Mall Multiplaza, pero que por suerte todo terminó en un asalto más; no hace ni tres días, otra amiga fue despojada de todo su maletín en un bus hacia el centro de la ciudad, el mismo donde dos semanas atrás, a Suny y a mí nos pasó lo mismo, previo le pusieran a ella un cuchillo y me dijeran a mí que si no les daba mis cosas la matarían; misma semana en que a otro compañero de la carrera de Letras le apuntaron con una pistola desde una moto mientras iba caminando del trabajo a su casa y le quitaran todas sus cosas; y ni hablar que dos días antes a otro conocido le arrebataron sus pertenencias, incluyendo una colección de libros antiguos que se dedica a vender para ganarse la vida.  Esta red de acontecimientos desafortunados no es coincidencia, México y el triángulo del norte de Centroamérica (Guatemala, Honduras y El Salvador) y me atrevería a decir que Costa Rica, a causa del discurso de Arias de 2006, se está volviendo la zona más violenta del mundo. Sólo en los últimos cuatro años han habido más de 20,000 asesinatos en Honduras, Tegucigalpa y San Pedro Sula fueron declaradas entre las 10 ciudades más peligrosas del mundo en 2010 y 2011, hay un promedio de 20 muertes diarias, los centros penitenciarios están al borde del colapso y ni hablar de la corrupción en los altos cargos de La Policía y Las Fuerzas Armadas que se confabulan con el crimen organizado (No nos hagamos, que eso es un secreto a voces); todas estas estadísticas no hacen más que empeorar conforme pasan los meses.

Vivimos en los tiempos del "Sálvese quién pueda", Tegucigalpa se ha convertido en una verdadera trampa humana, uno ya no puede subirse a cualquier transporte público, privado o propio sin dejar de sentir el temor de que, en cualquier momento, alguien aparecerá ante nosotros y nos amenazará para que les demos nuestras  cosas. Los policías y los militares no sirven para nada, ya me ha pasado dos veces que me asaltan frente a ellos y las respuestas que he obtenido es "Estamos en una misión" o "Estamos de guardia y tenemos orden de no movernos de acá", es más, en mi último asalto iba un carro paila lleno de policías frente al autobus y ni uno se bajó a perseguir a los ladrones por más que les dijimos. Pero mi indignación no tuvo límites una vez que me tomaba un café en el Dunkin' Donuts de la UNAH y la familia Álvarez llegó acompañada de todo un contingente de seguridad, obviamente que el mensaje que percibí de ello fue:  "al resto que se lo lleve puercas." Por todo esto, el discurso de seguridad del último Ministro, Óscar Álvarez, y del que lo siguió me resultaba tan falso y mediático; prefiero mil veces un tipo que esté en su oficina trabajando bien a alguien que sólo se dedica a hacer un show en las colonias mientras al resto sabemos que nos lleva judas con sólo sacar la cabeza por una ventana. 

La vida ha perdido su valor en este lugar del mundo y, por ahora, uno de los consejos más sensatos es los que me dio un tío que vive en mi pueblo natal, El Triunfo: "Huy, siempre que voy a Tegucigalpa, no salgo de mi casa más allá de las 6 p.m. ni siquiera a la pulpería que está enfrente"; sin embargo, no dejo de preguntarme ¿Qué es lo que vamos a hacer?, ¿Estar con miedo toda la vida y encerrados en nuestras casas?.  

3 comentarios:

Myrcrisher dijo...

Justo hoy se publicó una foto en GDP (adjunto link) sobre el tema de las garitas de seguridad que va en el sentido que mencionas del "Sálvense quien pueda". En Guatemala hay historias exactamente como las que compartes, se vuelven el tema de cualquier reunión... hay una insatisfacción colectiva pero al mismo tiempo una inacción y capa de impunidad, a lo mejor muy parecida a un conflicto interno pero que ahora sería como la democracia de la violencia.
http://guatemaladailyphoto.com/2011/09/28/city-%E2%80%8B%E2%80%8Bbehind-bars/

ChapinenHonduras dijo...

Lo curioso es que tu mencionas todas estas cosas horribles, pero a mi que vivo frente a una calle principal a lado de bares desvencijados no me ha pasado nada nunca en el tiempo que tengo de vivir en Tegus. Y eso que camino mucho de noche, eh.

Manuel dijo...

Mycri. Lo mismo es acá. En Tegus las casa como pequeñas cárceles llenas de barrotes, pero con la diferencia de que acá no ha habido una guerra civil abierta (porque guerra sucia sí hubo) desde 1933. Es realmente preocupante.

Chapín en Honduras. A veces es que conocen a las personas de su zona, depende también de cuestiones de suerte y apariencia. Y aun cuando no te afectara, sólo tenés que abrir un diario para darte cuenta que allí está en todo el país.