jueves, 20 de octubre de 2011

20-10

"Sí, la nueva hora es, al menos, muy severa. Puedo decir que alcancé la victoria: el rechinar de dientes, los silbidos del fuego, los suspiros apestosos se moderan. Todos los inmundos recuerdos se desvanecen. Mis últimos pesares escapan -celos de los mendigos, los bandoleros, los amigos de la muerte, los retardados de todo tipo. -Condenados ¡si yo me vengase! 

Hay que ser absolutamente moderno. Nada de cánticos: conservar lo ganado. ¡Dura noche! La sangre reseca humea sobre mi rostro, y detrás de mí sólo tengo ese horrible arbusto... El combate espiritual es tan brutal como la batalla de los hombres; pero la visión de la justicia es el placer de Dios únicamente.

Sin embargo, es la víspera. Recibamos todos los influjos de vigor y auténtica ternura. Y al llegar la aurora, armados de ardiente paciencia, entraremos en las espléndidas ciudades." 

- Arthur Rimbaud, Una temporada en el infierno.    

1 comentario:

Manuel dijo...

Un día como hoy de 1854 nació este poeta. Todavía me resulta hermoso que, a los 16 años, él haya escrito algo como estas bellas cartas: http://el-libro-de-manuel.blogspot.com/2008/06/cartas-del-vidente.html