viernes, 17 de febrero de 2012

Sueño 17-02-12


Anoche soñé que en una calle de Comayagüela, André Breton tenía una tienda de espejos. Yo pasaba con una amiga por allí; pero al pasar como por segunda vez, resultaba que no era André Breton, sino un anciano que se le parecía demasiado, que se había dedicado a viajar por el mundo y había terminado en Honduras. Cuando entraba a su casa, me daba cuenta que no sólo vendía espejos, también antigüedades. Platicamos mucho rato sobre tantas cosas del surrealismo, además de sus viajes. Él tenía una gran colección de cine de autor en VHS y de fotografías (extrañamente todas eran de él en la punta de torres medievales muy altas y la mayoría de lugares en España). Por cierto que a pesar de decir que era de Granada, tenía un acento muy francés. Quedábamos de prestarnos películas y me iba de su casa todavía con la ligera sospecha de si me había mentido sobre la historia de su vida, no sé por qué.

2 comentarios:

Nom De Plume dijo...

¿Si esa es la historia que el quiere o cree haber vivido, estaría mintiéndote?.

Manuel dijo...

Me dejó esa sensación como que de verdad había hablado con André Breton o quizás sólo sería lo que yo quería creer; pero hay que tener en cuenta que era un sueño. Nada es verdad y nada es mentira en un sueño.