jueves, 19 de abril de 2012

¿A dónde irán a parar mis alas?

Este año ya inicié mis aplicaciones a becas para ir al extranjero. Pienso hacer valer los cuatro años de estudios de Letras y que mi excelencia académica sirva para algo. No será fácil y la verdad es que lo miro como un juego de tiro al blanco, en el que entre más disparos tenga, más oportunidades tendré de dar en el blanco; por ello es que estoy enviando papeles a cuanta mínima posibilidad aparece.

Lastimosamente, perdí muchas de las convocatorias, las de España y las de la O.E.A. que eran muy jugosas; todo porque se tardaron más de lo normal en mis trámites para salir de la universidad (un mes cuando se supone que sólo serían 15 días).  Para mala suerte mía, me tocó graduarme justo en un año de crisis económica en Europa y de cambio de gobierno en algunos países con el respectivo cambio de autoridades que eso trae como consecuencia (La Fundación Carolina no hizo sus convocatorias este año, por ejemplo, y hasta ahora no sé nada de las de Erasmus Mundus). Debido a lo anterior, creo que  mis opciones se limitan a México, Brasil y algunas medias becas a España, de las cuáles sólo a las últimas mandé papeles y para las primeras tendré que esperar a mayo y junio.  Adiós sueño de conocer Europa por este año, a menos que decida aplicar a los intercambios que hace la Alianza Francesa o que agarre una oportunidad en alguna nación extraña del este de ese continente; aunque, dado mi deseo de sacar una maestría lo más pronto posible, pues eso está como en chino.

Para mí, es muy importante salir al extranjero, me frustraría si no fuese así, (y no sólo yo, creo que cualquiera).  No es que no aprecie mi Patria,  sino que es mi deseo de conocer el mundo y, sobre esto, recuerdo siempre que no quiero quedar como Joaquín Pasos, hablando en poemas de los lugares a los que siempre anheló ir y nunca visitó, o como Lezama Lima, dando dirección de calles de París de memoria, un París que sólo conoció por libros. El mundo es tan ancho y la vida es tan corta que no quiero perder la mínima oportunidad de vagar por él. Viajar es una cuestión vital para mí. 

Cada año, un amigo(a) o conocido(a) se va de este país, bien sea porque a pesar de su buena preparación tiene pocas oportunidades de trabajo, siente que desaprovecha su vida aquí o no encuentra las posibilidades de estudio que sí existen en otras repúblicas, etc. Siempre que se van, les pido que me cuenten de los lugares en los que están y no puedo quedarme menos que con los ojos como platos, como un niño que escucha por primera vez a Marco Polo en persona. Así inicia el ¿Y ya visitaste eso? ¿Y ya fuiste a tal lado?¿Te recomiendo este lugar?.

De hecho, el deseo de viajar se ha vuelto tan grande, que hubo un tiempo en el que sólo tenía sueños en los que estaba en algún bar de Madrid, otro en el que vagaba por Santiago de Chile toda la noche y, quizás el más triste, aquel en que al salir de una universidad de París, la ciudad luz se iba transformando poco a poco en Choluteca y las calles hermosamente empedradas se iban convirtiendo en arena a cada paso.

"Estiro una pierna , y viendo mi zapato,/ pienso en lejanías y en las puntas de los dedos del mundo."escribió Joaquín Pasos. Definitivamente que me pasa lo mismo.

Los dejo con la canción de Vicente Feliú que da nombre a esta entrada. Hasta la próxima.     

5 comentarios:

marcela dijo...

Yo te aconsejaría que te fueras al primer lugar que te salga y una vez allá, investigués sobre la posibilidad de hacer un intercambio, una práctica o la redacción de tu monografía en el país que te interese. Las universidades siempre tienen intercambios, sea como sea podés terminar en Europa ;)

Manuel dijo...

Marce, muy buena solución y muchas gracias por ella; sin embargo eso depende mucho del tipo de beca que me salga. Algunas, especialmente de América Latina, establecen que sólo podés realizar tu investigación dentro del país huésped y otras te dan un tiempo prudencial para ausentarte de tu sede para investigaciones. Como ves, todo depende de qué me toque en esa lotería.

marcela dijo...

Bueno, yo sé que te va a salir una buena oportunidad, te la merecés. ;)

Myrcrisher dijo...

Me viene a la mente unas síntes reflexivas (más que tuits) de la poeta Vania Vargas:

@vania_vargas Parte fundamental del encanto de largarse de un pueblo, de una ciudad, es volver.

y

@vania_vargas Todos los días deberíamos enfrentarnos a la ciudad con el asombro del recién llegado, solo por el hecho de despertar.

Más triste que no viajar, es estar y no estar.

Que encuentres lo que buscas querido Manuel.

Un abrazo,

Manuel dijo...

De acuerdo en la primera cita y sólo un poco con la segunda. Lo que pasa es que de verdad tengo ganas de viajar. Saludos hasta Guatemala.