martes, 17 de abril de 2012

Ya no volverás (una entrada quizás muy personal)

En estos últimos días he visto como muchas de las parejas de amigos y amigas que conocía se han separado. Aunque suene cruel, he visto sus procesos atentamente, poniendo atención a las reacciones de cada  uno y por primera vez como un espectador con una experiencia que contarles. En esos estados, la gente primero pasa por la ira, luego sigue una remembranza sin sentido y después un dolor molesto, hasta que finalmente se acepta que esa persona no volverá a formar parte de sus vidas; etapas quizás muy parecidas al duelo como leí alguna vez. Los hay algunos que se vuelven hípertrágicos hasta otros que son más que positivos: "Lo horrible es pensar que seguirá su vida sin más y yo también, después de todo lo que nos dijimos", me dijo una amiga; pero a los meses se le pasó.

Veo a esas personas y pienso en mi estado de hace exactamente un año y lo trágico que me había vuelto, como aquello me había afectado de manera exagerada. Curiosamente, en mí, tuvo un efecto cómicamente  positivo: como no quería acordarme siquiera del asunto, me dedicaba a trabajar sin parar como un loco y mis notas en la universidad fueron las mejores que tuve en mucho tiempo; eso sí, era molesto que los poemas que me tocaba analizar por sorteo en mis clases siempre resultaban ser de amor o desamor, por mis manos pasaron Piedra de Sol, Canto II de Altazor , algo de Joaquín Pasos y hasta algunos poemas de Segunda Residencia en la Tierra.  A pesar de que ahora lo recuerdo con algo de humor, debo reconocer que fue muy difícil, en parte porque era la primera vez y ésa es la que más duele, bien lo sabrán ustedes; pero, a la luz de las semanas y semanas, uno cobra conciencia de por qué tomó ciertas decisiones y que, contrario a lo que muchos dicen, es importante reflexionar las cosas sin sentimentalismos; porque es mejor arruinarse la vida unos meses que seguir así por muchos años. 

Yo soy de la opinión que todas las cosas tienen su tiempo y que si algo me ha enseñado la vida es su capacidad de renacimiento. No quiere decir esto que las relaciones las debamos tomar con poca seriedad y ligereza, hay que aprender que uno le puede hacer promesas de estar para siempre a alguien y el hecho de que luego dejemos a esa persona no quiere decir que hayamos mentido; porque en ese momento fue verdad, era algo sincero y esa sinceridad es lo que importa. También es necesario no ver las cosas como una tragedia en espiral; porque todo cae en su sitio y nos da la razón o nos muestra lo equivocados que estuvimos. Al final, los recuerdos terminan siendo una maleta azul llena de cosas que ya no sacás y después no volvés a pensar en todo lo que pasó más que como un mal recuerdo.

Los dejo con esta canción de un grupo español llamado "Mamá" y les digo hasta la próxima.

6 comentarios:

marcela dijo...

Me gustó mucho este post. Es hermosamente triste.

Manuel dijo...

Gracias Marcela.

Rocío dijo...

Que vos no saqués cosas de tu maleta azul no quiere decir que los demás no lo hagan. Si acaso la reflexión sin sentimentalismos tiene un resultado positivo es el hecho de valorar los símbolos aunque el sentimiento (o la intensidad) ya no existan.

Manuel dijo...

Rocio, quizás generalicé con esa frase de la maleta azul; pero en la mayoría de los casos, digamos que son pocas las personas que conozco y que guardan ese tipo de recuerdos personales o que los mantienen en uso.

Sí, los símbolos seguirán allí; pero ya no les doy ningún valor. Algunos quizás deciden hacerlo y es muy su derecho. La verdad es que yo no soy de ese tipo de personas, para mí no vale la pena estarse aferrando a ese tipo de cosas, es como seguir regando una planta muerta. Si te soy sincero, me parecen lamentables quienes sí lo hacen. "Lo pasado, pasado" y punto. Suena duro; pero qué se le va a hacer.

Rocío dijo...

¿Sabés por qué no me parece lamentable? Porque el símbolo, al final, es tuyo, te enriquece a vos. La otra persona simplemente no importa en esa ecuación. No estás nutriendo una relación con otra persona, estás nutriendo una relación con vos mismo en base a un símbolo que originó otra persona pero del que ya no forma parte. Pero en fin... es muy tu derecho como vos decís.

Manuel dijo...

Rocio, no he dicho que la otra persona importe o no; aunque desde mi punto de vista es demasiado egoísta decir que no importa. Para mí sencillamente eso es estar atrapado en el pasado,en cambio, me gusta vivir el presente y ver al futuro. Además, todo es relativo, qué tanto te enriquezca depende de la experiencia que tuviste. Quizás vos decís eso, porque tuviste una experiencia plena y cuando yo tenga una igual, entonces diré que sí, que me enriqueció y te daré la razón; pero, mientras eso pasa, pues no es algo que pueda decir.