martes, 8 de mayo de 2012

8-5-12

No he podido quitarme de la cabeza la hermosa voz de Baez en las versiones que hace de algunas de mis canciones favoritas de Bob Dylan y de otras canciones de la música Folk y la Trova en un bello concierto de 1965, que no dejo de escuchar una y otra vez.


Hace unos días, descubrí que no podía parar de cantar la siguiente canción durante las siete cuadras que debo caminar hasta la parada del busito.


Canciones que sanan, como me dijo una amiga desde el otro lado del Atlántico, pero que, en mi opinión, también pueden ser terriblemente desgarradoras.

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