lunes, 4 de junio de 2012

Besos

Siempre me llamó la atención  la manera en la que diferentes directores de cine y televisión plantean la escena de los besos, así que esta entrada tratará de eso. No esperen que les hable del conocidísimo "Siempre tendremos París" de Casablanca, que ha sido parodiado y copiado hasta el hartazgo. Me gustaría comentar aquellos que personalmente me llaman la atención. Eso sí, antes que nada, quisiera advertirles que esta entrada estará llena de spoliers sobre los finales de películas y series de televisión para que después no digan que se las arruiné. 



El primero,  es de la película Lost in traslation de la directora Sofia Coppola. Después de salir del hotel, Bob Harrys (Bill Murray) se encuentra con Charlotte (Scarlett Johansson) en una calle concurrida de Tokio. La cámara inicia haciendo un plano medio Bob, quien divaga en el auto que lo lleva al aeropuerto y, luego, desde la ventana reconoce a Charlotte en medio de la multitud. Él baja del auto y, en un hermoso plano general, busca a su contraparte hasta alcanzarla en medio de esa gran cantidad de personas. Este es el epitome de la relación entre dos extraños quienes se conocieron en esa urbe inmensa, que sólo representa la incomunicación del mundo. Bill la alcanza, plano medio de ambos, la abraza y ella llora, él le susurra en su oído algo que no escuchamos ( todo en primeros planos de los rostros) y ese momento se transforma en un misterio, pero, a la vez, en la verdadera comunicación. Viene después otro bello plano general muy existencial de los dos abrazados en medio de la multitud (¿Acaso no hemos sido también, ya sea real o simbólicamente, aunque sea una vez, esos dos abrazados en medio de una multitud?). Bob la besa de una forma sencilla y se despiden. Ambos apenas pueden dejar de mirarse y se pierden en las calles, nuevamente en medio  de aquella multitud, mientras de fondo suena Just Like Honey. Bill regresa a su auto, arranca, vemos desde su perspectiva las rutas de Tokio hasta que la cámara se libera y pasa a mostrarnos la ciudad en general.    



Claro que hay besos que son un poco más elaborados y que no por ello pierden calidad. En la serie Cuéntame como pasó, Inés y el Padre Eugenio se besan en la casa cural. Ella le corta el pelo, vemos diversos primeros planos de los rostros, mientras suena Reflections of my life (Quizás a esa canción le deba que me guste esta parte). El cura se levanta, la cámara va al rededor de ellos, en cierta forma es como si el mundo girara en torno a ese momento y finalmente se besan. Claro, después viene toda la confusión de ambos personajes, que no saben como asumir el momento y que me parece tierna sin llegar a ser cursi.




Y si se preguntaban cuál es mi favorita de todas, pues les diré sin dudarlo que la de Cinema Paradiso,  del director Guiseppe Tornatore, por la riqueza de elementos y evocaciones que tiene. Salvatore, "Totó",  está acostado en el cine del puerto, mientras exhiben Ulises. Él está en espera todavía del regreso de Elena y se queja de que el tiempo no pasa rápido, porque en una película sólo hubiese sido necesario un difuminado o un buen temporal y todo habría terminado. Allí, tenemos el primer elemento, un metacine, es decir, cine que nos habla sobre el cine. Un rayo cae y acto seguido la lluvia inicia, contrapicado sobre Totó sonriendo que es sustituido por un plano general del cine al descubierto en el  que la gente huye de la tormenta y Ulises  eleva su desafío a los dioses ante Polifemo que se queja. Segundo elemento, la mitología implícita, pues a lo largo de la película se nos recalca el amor imposible de  Elena y Totó, el hecho de que ellos dos todavía se amen es una especie de desafío al destino ("Cada quien debía seguir su destino", le dirá Alfredo más adelante en el filme, cuando los dos amantes se separen definitivamente); así como Ulises en ese momento desafía a los dioses, ellos retan su propio sino. Esta película y  la lluvia sirven de preludio a la llegada de Elena.  En efecto, ella arriba a los pocos minutos, porque no había podido esperar para ver a Totó. Lo besa y la cámara nos enfoca al Cíclope, que cae derrotado (símbolo del destino que los dos amantes han superado) y vuelve a un plano en el que miramos a los enamorados besarse bajo la lluvia, elemento final que  simboliza el poder regenerador en la naturaleza, por lo que tampoco es gratuito que anteceda a la llegada de Elena. 

2 comentarios:

marcela dijo...

Ay Manuel, tu post me hace sentir vergüenza porque el único beso que puedo recordar es Summer y Seth en the O.C., bajo la lluvia, imitando el beso de Spider Man entre Kirsten Dunst y Tobey MacGuire. No que lo considere un buen beso, pero es el único que recuerdo.

:P

Manuel dijo...

Uy, pero eso no es de avergonzarse; porque pudo haber sido peor: el beso de una telenovela mexicana, por ejemplo. :P