martes, 19 de junio de 2012

Dos versiones cinematográficas sobre la vida de Beethoven

Siempre ha despertado mi interés la vida de los músicos, porque de todos los artistas me parecen los más apasionados por su quehacer. De entre ellos Ludwing Van Beethoven es uno de mis compositores favoritos. Recuerdo que me interesé por él en mis años de bachillerato, cuando miré una de las biografías que pasaban en el canal A&E y que años después pude ver dos de las adaptaciones al cine que existen sobre su vida. No sé si hay más, pero yo sólo he visto dos: Mi amada inmortal y Copiando a Beethoven; ambos con visiones absolutamente contrarias sobre la vida del compositor alemán.

El primero de ellos, Mi amada inmortal, es un filme del año 1994, dirigido por el inglés Bernard Rose y en el que Beethoven es interpretado por Gary Oldman. El filme nos cuenta cómo el secretario personal de Ludwing, Anton Felix Schindler (Interpretado por Jeroen Krabbé), encuentra la famosa carta que da nombre a la película y decide averiguar quién es la mujer a la que se refiere. La película se abre a varios flash-backs  de las narraciones de  las personas con las que Felix se entrevista para dar con el paradero de la misteriosa amada y que nos revelan diversas partes de la vida del músico. Lo primero que se debe aclarar sobre este filme es que nos presenta una versión libre de la vida de Ludwing, se tomaron muchas (y digo que demasiadas) licencias al momento de contar la vida del autor, partiendo de pequeños rumores y exagerando algunas cosas para dejar ante nosotros la típica visión romántica del "artísta atormentado" (yo soy de la opinión que Beethoven sólo era incomprendido); sin embargo esto no le resta al filme, el guión está muy bien construido y tiene escenas bellísimas como la del estreno de la novena sinfonía. 



Después tenemos Copiando a Beethoven, dirigida por la polaca Agniezca Holland y estrenada en el año 2006. Esta obra también tiene ciertas licencias con respecto a la vida del compositor; sobre todo el hecho de que algún copista se atreviera a cambiar algo de los trabajos del autor, pues se sabe que Beethoven era muy estricto en mantener su trabajo sin alteraciones que no fueran las propias. En él se nos cuenta como una joven estudiante de Música, Anna Holtz (interpretada por Diane Kruger y que es enteramente ficticia), llega a la casa de Beethoven (interpretado por Ed Harris, que se tomó la molestia de estudiar dirección, piano y violín para este papel) contratada como copista de sus partituras, justo cuando el músico está en plena composición de su novena sinfonía. La película nos presenta un artista incomprendido por la sociedad, pero cuyas críticas no le hacen mella; es un Ludwing que ama la vida, amor que no es devuelto por quienes le rodean, que disfruta la juerga y la naturaleza cuando es necesario, entregado a la música, cuyo fuerte carácter y sinceridad sin tapujos produce repulsión de quienes se le acercan. Para entender la diferencia de este filme con el anterior también es imprescindible ver la escena del estreno de la novena sinfonía en la cual la puesta en escena se vuelve menos lírica; pero gana, a través del realismo y la actuación, en reflejar la interioridad de los personajes y como son  tocados por la música. 



Para finalizar, debo aclarar que, aunque el último filme presenta escenas de Ludwing Van Beethoven dirigiendo La Novena, la realidad es que el músico alemán nunca lo hizo, porque ya estaba sordo,  sino que solamente estuvo junto al director Michael Umlauf y luego ambos fueron ovacionados por el público. 

2 comentarios:

Petoulqui dijo...

Manuel:

Leo ocasionalmente tu blog, el cual he encontrado interesante. Hace un tiempo escribí un post sobre Beethoven, en el cual mencionaba los filmes que has reseñado: http://lasaventurasdepetoulqui.blogspot.com/2009/12/parentesis-beethoven-inocente.html

Saludos.

Manuel dijo...

Gracias por compartir. En mi opinión, en cuanto a "Mi amada inmortal", creo que desde el inicio nunca fue una versión fiel a la vida del compositor sino que una personal del director (muy personal y parece que se le pasó la mano, eso sí hay que aceptarlo); sin embargo, eso no le quita que tenga buenas escenas y que el guión se sustente.

Yo prefiero la segunda, aunque también sé que Beethoven nunca dirigió la Novena, pero la forma en la que miré la vida de ese músico por primera vez y la fuerza que me transmitió estaba implícita en ese filme.