miércoles, 4 de julio de 2012

"Todos estamos solos, porque todos somos dos..."

"La verdadera soledad consiste en estar separado de su ser, en ser dos. Todos estamos solos, porque todos somos dos. El extraño, el otro, es nuestro doble. Una y otra vez intentamos asirlo. Una y otra vez se nos escapa. No tiene rostro, ni nombre, pero está allí siempre, agazapado. Cada noche, por unas cuentas horas, vuelve a fundirse con nosotros. Cada mañana se separa. ¿Somos su hueco, la huella de su ausencia? ¿Es una imagen? Pero no es el espejo, sino el tiempo, el que lo multiplica. Y es inútil huir, aturdirse, enredarse en la mañana de las ocupaciones, los quehaceres, los placeres. El otro está siempre ausente. Ausente y presente. Hay un hueco, un hoyo a nuestros pies. El hombre anda desaforado, angustiado, buscando a ese otro que es él mismo. Y nada puede volverlo en sí, excepto el salto mortal: el amor, la imagen, la Aparición.

Ante la Aparición, porque se trata de una verdadera aparición, dudamos entre avanzar y retroceder. El carácter contradictorio de nuestras emociones nos paraliza. Ese cuerpo, esos ojos, esa voz nos hacen daño y al mismo tiempo nos hechizan. Nunca habíamos visto ese rostro y ya se confunde con nuestro pasado remoto. Es la extrañeza total y la vuelta a algo que no admite más calificativo que el de entrañable. Tocar ese cuerpo es perderse en lo desconocido; pero, asimismo, es alcanzar tierra firme. Nada más ajeno y nada más neutro. El amor nos suspende, nos arranca de nosotros mismos y nos arroja a lo extraño por excelencia: otro cuerpo, otro ojos, otro ser. Y sólo en ese cuerpo que no es el nuestro y en esa vida irremediablemente ajena, podemos ser nosotros mismos. Ya no hay otro, ya no hay dos. El instante de la enajenación más completa es el de la plena reconquista de nuestro ser. También aquí todo se hace presente y vemos el otro lado, el oscuro y escondido, de la existencia. De nuevo el ser abre sus entrañas."

-Octavio Paz, "El arco y la lira".

4 comentarios:

Lucía Borjas dijo...

Hola, que conexión tan linda!! llevo rato pensando en que la sensación de desencuentro en el amor es un reflejo de la sensación de los desencuentros internos... Esa idea de que hay una parte de nosotros que no quiere tomar las mismas decisiones, que no quiere sentir lo que uno quiere que sienta!! Entonces se aleja, como el amor se va, no lo puedes tomar, y te sientes perdido y solo!! muchas gracias por compartir!!

Manuel dijo...

Más que como el desencuentro en el amor, en realidad yo lo miré como el terror y la atracción que produce esa persona en particular, la sensación de quedarse sin aire y vacío como si nos cayéramos en un sueño. En pocas palabras: explica el temor ante una persona que nos atrae, pero también la experiencia ante las cosas sagradas y las revelaciones.

El autor nos dice que cuando nos encontramos en tal situación o ante tal persona "dudamos entre avanzar y retroceder" y que "El carácter contradictorio de nuestras emociones nos paraliza." y, en efecto, como el mismo Octavio Paz escribe, esa aparición "nos hace daño y nos hechiza" en parte porque nada más que esa aparición, esa imagen y ese amor puede volvernos en sí, redimirnos y retornar a la unidad primordial de las cosas.

Lucía Borjas dijo...

Si entiendo, pero eso es un reflejo de algo nuestro igual... Esa "Aparición" no es más que nuestro reflejo en algún espejo... y te lo puedo probar... te digo que cambia, tal Aparición cambia con el tiempo, si recuerdas un amor de tu juventud no será el mismo amor de la madurez, no será la misma persona, aunque quizá te hayas sentido mareado, hechizado, con mariposas en la barriga muchas veces... esos espejos cambian, pero el reflejo es de uno mismo.

Entonces el amor es una ilusión de creer que te vas a conseguir en otro cuerpo, en otros ojos que no son los tuyos.

Manuel dijo...

Lucía, discrepo en unas cosas y en otras no.

André Breton, en el segundo manifiesto surrealista, decía que "Las apariciones reales existen, pero se deben a un espejo contenido en el espíritu, en el que la mayoría de los hombres pueden mirarse sin ver nada", así que estoy de acuerdo en que en cierta forma nos buscamos a nosotros mismos, aunque más preciso sería que buscamos "lo faltante", lo "otro" de nosotros mismos (Otredad le llamaba Octavio Paz y también nos menciona que el amor no era la única forma de encontrarlo).

Defitivamente no estoy de acuerdo en que no exista la Aparición, por lo menos existe como experiencia interior, y tampoco en que el amor sea sólo una ilusión, porque de hecho es una potencia, algo demasiado vivo y capaz de reconciliarnos con la vida misma sin importar las circunstancias e incluso el mismo Marx decía que el principio de las revoluciones era el amor, el producir amor. Volviendo a los surrealistas, André Breton aclara que debemos defender esa palabra de las diversas prostituciones, corrupciones y reduccionismos que se le ha hecho y nos dice: "El odioso control no funciona tan bien como se cree. El ser que tu amas vive. El lenguaje del amor se habla simultáneamente desde varios puntos (...) Es necesario resignarse a aprenderlo poco a poco".

Por otra parte, claro que la aparición cambia, aunque en cuanto a que si será o no será el mismo amor, eso es irrelevante; será amor y punto, porque cada experiencia y cada persona es distinta. Al respecto, Rainer María Rilke, en "Cartas a un joven poeta", dice que lo que no muere es lo bueno que hicimos como trabajo interior por nosotros mismos mientras amamos a la otra persona.