miércoles, 6 de enero de 2010

V de venganza (Allan Moore y David Lloyd)

Ahora veremos un cómic de Allan Moore, un autor que me deja sin aliento en la mayoría de sus obras. Allan Moore es uno de los más célebres guionista para el cómic, de nacinalidad inglesa, nació en el año de 1953 e ingresó en el mundo de los cómic de Gran Bretaña en los años 70's y en el estadounidense a partir de 1984. Como datos extras diremos que profesa el anarquismo, es misántropo y tiene una manera de vestirse muy particular.
La historia de "V" nos plantea que la tercera guerra mundial estalló y sobre las ruinas de los que fue Inglaterra nació el fascismo cómo única ideología en la que creyeron los ciudadanos para ser salvados ¿De qué? De los izquierdistas, los homosexuales, la integraión racial y todo aquello que simbolice mestizaje, tabú o diferencia. En la Inglaterra del año 1997, Evey Hammond es una niña que decide iniciarse cómo prostituta, una profesión prohibida por el gobierno fascista de esa república post-apocalíptica. Evey es salvada de ser atrapada por V y es llevada por él a su guarida, V le irá abriendo poco a poco la mente sobre la realidad del “estado de las cosas”. Los orígenes de ese personaje llamado V son borrosos, sólo sabemos que es un prisionero en que se experimento en uno de tantos campos de concentración y que ha iniciado el asesinato sistemático de cuantos tuvieron que ver con los acontecimientos de ese lugar.
V de venganza es un gran cómic al final; al principio (y si tienen la ediciones posteriores) Allan nos dice que el cómic comenzó en una etapa donde sólo le interesaba narrar algo, por su inexperiencia tanto política como artística, más allá de cualquier experimento formal en el lenguaje que llegaría a su clímax con Watchmen (epitome de la historia de los cómics y punto más alto de su obra). Y él tiene la razón, el cómic se limita a contar una historia en sus primeros tomos y es hasta partes posteriores donde comenzamos a ver los juegos de imágenes, concatenaciones, secuencias y etcéteras a los que Moore nos tiene acostumbrados; para llegar así a un significado más allá del significado, es decir: poesía de las imágenes.



Claro que V, lastimosamente, tiene una película y es la que de seguro conocen y que ven arriba de este párrafo. Debo decir que cuando veo un cómic tan bueno arruinado por una película… me da un no sé qué. En la mayoría de estas ocasiones, pienso en Allan Moore y su negativa a ver los filmes que hacen sobre sus películas; ya que él repite y repite que ha creado esas obras para un solo lenguaje: El cómic. La película, además de comerse a la mitad de los personajes y desfigurar a otros tantos, se limita a contar una historia "bonita" y llena de acción que tiene como punto de equilibrio la idea de que, movidos por sus ideales, un gran líder o un símbolo; las personas siempre se levantarán contra un gobierno tiránico y absolutista, cuando esto no es más que una mentira y basta remitirse a la historia de la humanidad para constatarlo. De seguro ustedes dirán – ¡Pero si sólo es un cómic, esa historia es válida!- claro que esto lo dirá alguien que prefiere tragar que digerir. V, el cómic, va más allá de una "historia bonita"; la rebelión no es algo espontaneo, sino que una cuestión planeada desde la ideología que V dice profesar: El anarquismo. La destrucción del estado es planteada en una manera clara y aunque al final V se convierta en un “símbolo” o “Héroe” este no tiene un rostro, porque cómo dice, no es más que un ideal, es decir que las masas actúan movidas por ese ideal y no dirigidas por alguien, el sólo crea las circunstancias y no las dirige, porque sabe que “Los ideales nunca mueren” pero los seres humanos sí se corrompen.

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