domingo, 20 de abril de 2008

Adieu Aimé Césaire, Adieu.

La primera vez que leí a Césaire fue allá por el 2006, el poeta Fausto Maradiaga nos había recomendado su lectura en el taller de la U.N.A.H. Lo que me llamó la atención fue el hecho de que él mencionara que para André Breton esa era "La máxima joya surrealista", por ese entonces yo estaba interesado en el surrealismo, buscaba libros sobre este movimiento y de los autores que lo conformaron. En cuanto saqué el libro comencé su lectura, lo primero que me asombro fue lo lleno que estaba de una actitud humanista y el rescate que hacía de la dignidad de la persona de raza negra en sus cuatro partes que se comparan (cito el prólogo) a una sinfonía de cuatro movimientos, no olvidaré nunca a un autor como Césaire, ni dejaré de agradecer a mi maestro la recomendación de este libro.
No soy una persona que se deje llevar por el culto a alguien (el ser humano aun siendo ateo siente la necesidad de crearse nuevos dioses a su imagen y semejanza); pero es una verdadera lástima cuando un hombre como Aimé se marcha a la parte no consiente de la materia.
Buen tiempo lectores para rencontrarnos con la obra de Césaire que pueden obtener de forma gratuita en la Biblioteca general de la U.N.A.H, les recuerdo que los universitarios tienen préstamo externo.
Para conmemorar su partida he recopilado toda la información que en esta semana apareció en la Internet referente a Césaire y espero que sea de interés para el lector.

La France rend hommage à Aimé Césaire.


L.D. (lefigaro.fr) avec AFP, AP21/04/2008 Mise à jour : 00:54

Le président de la république se recueille devant la dépouille du poète.
Des milliers de Martiniquais ont assisté aux obsèques nationales du poète de la «négritude» dimanche à Fort-de-France.
«Bien sûr qu'il va mourir, le rebelle...». La poésie d'Aimé Césaire a retenti dimanche à Fort-de-France lors d'un hommage exceptionnel au poète de la «négritude», en présence de Nicolas Sarkozy et de milliers de Martiniquais.
Emotion, gratitude et ferveur ont marqué cet ultime hommage. «C'était le meilleur des fils de la Martinique», a lancé un des plus proches compagnons de Césaire, Pierre Aliker, 101 ans. Très ému, il a raconté en introduction de la cérémonie le combat du poète contre la colonisation et le racisme.
Césaire «prototype de la dignité humaine»,selon le mot d'André Breton. C'est ce que l'on pouvait lire sur un grand portrait lors de la cérémonie. Des extraits de son oeuvre étaient affichés et des comédiens antillais et africains scandaient les «mots de sang frais» de l'auteur du «Cahier d'un retour au pays natal».
Pas de discours de Nicolas Sarkozy
Une plaque de céramique portant le nom d' «Aimé Césaire (1913-2008)» et les mots «Liberté, identité, responsabilité, fraternité», a été posée sur le fauteuil destiné au président de la République qui assistait à la cérémonie.
La famille du défunt a cependant refusé que Nicolas Sarkozy prononce un discours afin d'éviter toute récupération politique. Le chef de l'état s'est donc seulement exprimé à sa sortie de l'avion. «Tous les Français se sentent aujourd'hui Martiniquais dans leur coeur», a-t-il déclaré. «Je suis venu dire à la Martinique que la France entière partage sa douleur, que c'est la Nation toute entière qui est en deuil».
Le chef de l'Etat a eu des relations difficiles avec l'ancien député-maire de Fort-de-France. Celui-ci avait refusé de le recevoir en 2005 en raison de la loi sur «le rôle positif de la présence française outre-mer», avant de le rencontrer l'année suivante.
Un poème sur sa tombe
De nombreuses personnalités politiques, plusieurs ministres, François Bayrou (MoDem) et des responsables du PS, notamment François Hollande, Laurent Fabius, Lionel Jospin et Ségolène Royal étaient également présents lors de la cérémonie.
Les obsèques nationales n'avait été rendues jusqu'à présent qu'à trois écrivains, Victor Hugo, Paul Valéry et Colette. Un hommage qui tranche avec l'absence, en 2001, du président de l'époque, Jacques Chirac, et du chef du gouvernement, Lionel Jospin, aux obsèques à Dakar de Senghor, alors très mal vécue par la population sénégalaise.
Après plus d'une heure de cérémonie, le cercueil a été transporté vers le cimetière la Joyau où le poète doit être inhumé. Pendant près d'un quart d'heure, le public a applaudi le départ du cercueil, aux cris de «Béïa pour Césaire» (vive Césaire). Des milliers de personnes ont accompagné le poète jusqu'à sa dernière demeure. Sur sa tombe, des mots choisis par le poète lui-même, tirés de son «Calendrier lagunaire»: «La pression atmosphérique ou plutôt l'historique/Agrandit démesurément mes maux/Même si elle rend somptueux certains de mes mots».

Cuaderno de un retorno al país natal (fragmento)

Volveré a hallar el secreto de las grandes comunicaciones y de las grandes combustiones. Diré tormenta. Diré río. Diré tornado. Diré hoja. Diré árbol. Seré mojado por todas las lluvias, humedecido por todos los rocios. Rodaré como sangre frenética sobre la lenta corriente del ojo de las palabras en caballos locos, en niños lozanos, en cuagulos en tapaderas, en vestigios de templo, en piedras preciosas; lo suficientemente lejos para desalentar a los mineros. Quien no me comprenda tampoco comprenderá el rugido del tigre.
Y vosotros fantasmas subid azules de química de un bosque de bestias acorraladas, de maquinas retocidas, de un azufaifo de carnes podridas, de una cesta de ostras de ojos, de una red de correas recortadas, en el hermosos sisal de una piel de hombre tendré palabras bastante bastas para conteneros ytú tierra tirante
tierra borracha
tierra gran sexo levantado hacia el sol
tierra gran delirio de la mentula de Dios
tierra salvaje subida de las angosturas del mar con un manojo de cecropias en la boca
tierra cuya faz encrespada sólo puedo comparar con la selva virgen y loca que yo desearía poder mostrar como rostro a los ojos indescifradores de los hombres, me bastaría un sorbo de tu leche jiculi para que en ti yo descubriera siempre a la misma distancia de espejismo -mil veces más natal y dorada por el sol que no descatilla ningún prisma- tierra donde todo es libre y fraternal, mi tierra.
Partir. mi corazón zumbaba de generocidades enfáticas. Partir... yo llegaré liso y joven a ese país mío y diré a ese país cuyo barro entra en la composición de mi carne: " He vagado durante mucho tiempo y vuelvo hacia el horror desertado de tus llagas."
Iré a ese país mío y le diré: "Abráme sin temor...
Y si sólo sé hablar, hablaré para ti."
Y le diré todavía:
"Mi boca será la boca de las desdichas que no tienen boca; mi voz , la libertad de aquellas que se desploman en el calabozo de la desesperación."
Y viniendo me diré a mí mismo:
"Y sobre todo cuerpo mío y también alma mía, guardaos de cruzar los brazos en actitud estéril del espectador, porque la vida no es un espectáculo, porque un mar de dolores no es un proscenio, porque un hombre que grita no es un oso que baila..."
¡Y he aquí yo he venido!
De nuevo esta vida renqueante ante mí, no esta vida, esta muerte , este muerte sin sentido ni piedad, esta muerte en que la grandeza fracasa lastimosamente, la estallante pequeñez de esta muerte, esta muerte que renquea de pequeneces en pequeñeces; estas paletadas de pequeñas avideces sobre el conquistador; esta paletadas de pequeños lacayos sobre el gran salvaje, estas paletadas de pequeñas almas sobre el caribe de tres almas,
y todas estas muertes fútiles
absurdos bajo la salpicadura de mi conciencia abierta, trágicas futilezas iluminadas por esta única noctíluca
y yo solo, brusca escena de este amanecer
donde se pavonea el apocalipsis de los monstruos, y luego , zozobrado, se calla
cálida elección de cenizas, ruinas y desplomes.

Último adiós a Césaire.

Francia despidió hoy al poeta y político de Martinica Aimé Césaire, apóstol de la 'negritud', con funerales de Estado en su isla caribeña natal en presencia del presidente, Nicolas Sarkozy, y otras personalidades.Hasta hoy, sólo tres escritores habían recibido funerales de Estado: Víctor Hugo, Paul Valéry y Colette.Este tributo al autor de 'Cahier d' un retour au pays natal' (1947), en el que por primera vez utilizó el concepto de 'negritud', o del 'Discurso sobre el colonialismo' (1950), lo es también a su combate contra toda forma de colonialismo y racismo.Estos funerales -la familia no deseaba una ceremonia religiosa, ni discursos de políticos-, han sido un 'homenaje cultural', en el que ha resonado su poesía, leída por artistas caribeños y africanos, en el repleto estadio Dillon de la capital, Fort-de-France, de la que 'papa Césaire' fue alcalde durante 56 años.El inventor de la 'negritud' junto al senegalés Léopold Sédar Senghor y el guayanés Léon-Gontran Damas, murió el pasado jueves, a los 94 años, en Fort-de-France, tras una semana de hospitalización.'Todos los franceses se sienten hoy martiniqueses en el corazón', declaró Sarkozy al bajar del avión en Martinica, y afirmó que 'la nación entera está de luto' por la desaparición de 'uno de los poetas más grandes de Francia y sin duda del siglo XX'.Además de un 'enamorado de la literatura' -dijo-, Francia ha perdido a un 'hombre de libertad, que no cesó de defender el valor y el respeto igual debido a toda civilización, inventando el concepto de negritud' junto a Senghor, padre de la independencia de Senegal.Césaire que afirmó 'siempre su voluntad de asumir sus raíces africanas y, mas allá, el sufrimiento de los pueblos', fue el 'defensor infatigable de la dignidad humana y del respeto de los derechos humanos', señaló el conservador Sarkozy.'Todos que han luchado por la emancipación de los pueblos en el siglo XX se han reconocido' en el combate 'universal' de Césaire, sentenció.Además del jefe de Estado y varios ministros, otras figuras políticas quisieron estar presentes en los funerales, como los principales líderes del Partido Socialista, incluida Ségolene Royal, cuya candidatura al Elíseo, en 2007 había sido apoyada por Césaire.Y se había anunciado también la asistencia de personalidades extranjeras, del Caribe y Africa.Desde que 'papa Césaire' se apagó, los martiniqueses se han volcado en una cariñosa y larga despedida a quien fue también su diputado en la Asamblea Nacional francesa desde 1945 hasta 1993.Decenas de miles de personas han desfilado ante la capilla ardiente instalada en el estadio el pasado viernes, después de que el cortejo fúnebre recorriera la ciudad entre los aplausos de una población agradecida por todo lo que Césaire hizo por la isla en su dilatada carrera política.Al prolongado velatorio popular en el estadio se sumó anoche el tributo de simpatizantes del Partido Progresista Martiniqués que creó en 1958, mientras en la plaza de la Sorbona en París cientos de personas se congregaron para rendirle tributo.Y hoy en una pantalla gigante en la fachada de la Alcaldía de París se retransmitió en directo la ceremonia de los funerales.Césaire será inhumado en el cementerio de Fort-de-France, según sus últimas voluntades, sin que se apaguen las voces de quienes reclaman que repose en el Panteón, entre los 'grandes' de Francia.

Aimé Césaire, el gran poeta de las antillas.

Quizás ha pasado mucho tiempo sin noticia viva en Cuba sobre el gran poeta martiniqueño Aimé Césaire (1913), uno de los mayores que las Antillas le hayan ofrecido al mundo. Tuve la fortuna, el privilegio, de conocerlo y a la vez saludarlo en sus esplendorosos 88 años de edad, en el pasado Salon du Livre de Schoercher (Martinica, octubre del 2004), en cuyo acto central este insigne escritor dijo las más bellas palabras entre los ocho oradores que inauguraban el recinto ferial. Fue un breve discurso de paz, de emocionada esperanza y fraternidad humana, que levantó el más cálido aplauso del día. En esta feria del libro se desarrolló una mesa redonda dedicada a la vida y la obra de Alejo Carpentier, organizada y coordinada por el magnífico amigo de Cuba, el profesor martiniqueño Dr. Jean Louis Joachim (tesis doctoral sobre Carpentier, y uno de sus especialistas en el Caribe); allí volvimos a evocar a Césaire, esta vez en particular por los lazos de profunda amistad con Carpentier y sobre todo con el gran cubano que fue Wifredo Lam, a quien conoció desde 1945. El profesor Joachim hizo alusión a esos nexos, quizás los más sólidos de amistad establecidos con un cubano, y destacó las obras que el propio Césaire había dedicado al genial pintor. Venerado en su hermosa isla natal, figurando hoy como una de las voces vivas más altas de la lengua francesa, varias veces propuesto para el Premio Nobel de Literatura, da gusto verlo vivaz y agudo en medio de una lúcida ancianidad que hace gala de la juventud de su poesía. La relación de este intelectual con la literatura cubana es antigua, de mutuas influencias, como se aprecia entre su obra y la del gran cubano Nicolás Guillén, o ya más tangencialmente en la relación que podemos hallar entre el poema "La isla en peso"(1943), de Virgilio Piñera, y el extenso poema de Césaire Cuaderno de un retorno al país natal (primera versión de 1939, traducido en Cuba por Lydia Cabrera en 1943). Con Guillén los vínculos son mayores por dos razones: el afán del canto antillano y el mestizaje que se ofrece en sus obras respectivas como "poesía mulata"en el cubano, y sobre "la negritud", en el martiniqueño, en ambos bajo las mismas raíces y semejante intención lírica y social. En Césaire hay una voluntad estética que también lo acerca a sus coetáneos más exactos del grupo de la revista Orígenes, y, por supuesto, con todos aquellos poetas vinculables con el surrealismo. Si en 1943 ya André Bretón lo consideraba como un gran poeta, la frase con que cerraba un artículo de elogio que le dedicó, posee plena vigencia: "La palabra de Aimé Césarie [es] bella como el oxígeno naciente..."Su poesía se encuentra comprometida con la dignidad humana, con la plenitud del hombre y la mujer negros en el mundo coetáneo y futuro, a partir de un enfoque histórico a veces sutil y otras pleno de ideas. Va siendo una necesidad para los cubanos, sobre todo para los más jóvenes, y para el acrecentamiento de la conciencia regional caribeña, la edición de al menos una buena antología de su mejor obra poética, que tenga en cuenta la edición de sus Poesías, en 1969, por la Casa de las Américas; en ese mismo año Césaire adaptó La tempestad de Shakespeare en Une Tempête, con lo que ponía a un Calibán negro y esclavo en plano de representar una situación histórica del Caribe. Pero ya en 1955 es su "Discurso sobre el colonialismo", el poeta llevó a la prosa sus convicciones sociopolíticas. Los aportes de este poeta a la cultura de Nuestra América, en especial a la antillana, o caribeña en sentido más general, son sólidos y brillantes, por lo que su obra merece lecturas detenidas y espacio en el recuerdo. Aimé Césaire vive en su isla de palmeras, ceibas, árboles del pan, en la bella Fort de France de la que fue Alcalde; se le respeta en todo el mundo, en especial es reverenciado en su tierra y se le considera una cima entre los poetas de lengua francesa del siglo XX. Pero en el naciente siglo XXI su poesía es un tesoro lleno de vigencia y esperanza, de fe en el porvenir y en la especie humana, como expresa en Círculo no vicioso: "Los hombres no me han decepcionado jamás ellos tienen miradas que los desbordan".

Virgilio López Lemus.

La muerte de Aimé Césaire.

(Tomado de casa de las américas)

Este jueves, en un hospital de Fort-de-France, Martinica, dejó de latir el corazón de Aimé Césaire, uno de los más grandes poetas en lengua francesa, rotundo caribeño, “papá Césaire” Hace menos de tres años, en las páginas de La Ventana, el poeta y ensayista cubano Virgilio López Lemus afirmaba sobre Césaire: “Los aportes de este poeta a la cultura de Nuestra América, en especial a la antillana, o caribeña en sentido más general, son sólidos y brillantes, por lo que su obra merece lecturas detenidas y espacio en el recuerdo”. Hoy, cuando ya no contaremos más con su voz, tenemos el consuelo de saber que su palabra quedará siempre, en un espacio privilegiado, acompañándonos. Según fuentes cercanas a la alcaldía de Fort-de-France, las ceremonias póstumas en honor al poeta se prolongarán durante tres días. Antes del funeral nacional, en el que se espera participen numerosas personalidades políticas e intelectuales, habrá un homenaje de la población martiniquesa —que lo llamaba afectuosamente “papá Cesaire”—, en un estadio de la ciudad. Las autoridades locales prevén que el cortejo que transportará los restos del poeta y político circule por varios barrios de la ciudad, de la que fue alcalde durante 56 años (1945-2001). De la relación de Césaire con Cuba habría mucho y bueno que decir. Cuaderno de un retorno al país natal (1938), el libro de poesía con el que Césaire se dio a conocer, se publicó en nuestro país en 1943, en una traducción de Lydia Cabrera e ilustrado por Wifredo Lam. Ese texto, todo un clásico que ha provocado siempre una “admiración” reverente, marcó la poesía cubana del momento y la posterior. Nancy Morejón confiesa que en su primer libro de poemas reproduce versos de Cuaderno… La tesis de Licenciatura en Lengua y Literatura Francesas, de la también crítica y ensayista, estuvo dedicada a la figura del bardo martiniqués. López Lemus afirma: “La relación de este intelectual con la literatura cubana es antigua, de mutuas influencias, como se aprecia entre su obra y la del gran cubano Nicolás Guillén, o ya más tangencialmente en la relación que podemos hallar entre el poema "La isla en peso" (1943), de Virgilio Piñera, y el extenso poema de Césaire Cuaderno de un retorno al país natal.” “Con Guillén los vínculos son mayores por dos razones: el afán del canto antillano y el mestizaje que se ofrece en sus obras respectivas como ‘poesía mulata’ en el cubano, y sobre ‘la negritud’, en el martiniqueño, en ambos bajo las mismas raíces y semejante intención lírica y social. En Césaire hay una voluntad estética que también lo acerca a sus coetáneos más exactos del grupo de la revista Orígenes, y, por supuesto, con todos aquellos poetas vinculables con el surrealismo”. En la fecha en que su precioso cuaderno se daba a conocer en la mayor de las Antillas, ya Césaire recibía elogios de André Breton. Un artículo que este le dedicó cerraba: “La palabra de Aimé Césarie [es] bella como el oxígeno naciente...” Estudiante en París en los años 30, forjó con el senegalés Léopold Sédar Senghor y el guayanés Léon-Gontran Damas el concepto de “negritud”, la consciencia de la identidad negra y el “orgullo de ser negro”. La “negritud” fue concebida por ellos como reacción a la opresión cultural del sistema colonial francés, con el objetivo, por una parte, de rechazar el proyecto francés de asimilación cultural y por otra, de fomentar la cultura africana, desprestigiada por el racismo surgido de la ideología colonialista. Edificado pues en contra de la ideología colonial francesa de la época, el proyecto de la Negritud es más cultural que político. Se trata, más allá de una visión partidista y racial del mundo, de un humanismo activo y concreto, destinado a todos los oprimidos del planeta. En efecto, Césaire declarará: “Soy de la raza de los que son oprimidos”. Aimé Césaire nació en Basse-Pointe, Martinica, el 26 de junio de 1913. La Casa de las Américas, institución para la cual siempre ha sido un referente, publicó en 1969, en la Colección Literatura latinoamericana Poesía, una antología de sus poemas.

La conquista del alba (Aimé Césaire)

Morimos nuestra muerte en bosques de eucaliptos gigantes
acariciando encalladuras de paquebotes absurdos
en el país para crecer
drosera irrespirable
paciendo en las desembocaduras de las claridades sonámbulas
ebria muy ebria guirnalda arrancando demostrativamente nuestros pétalos sonoros
en la lluvia campanularia de sangre azul,

Morimos
con miradas creciendo en amores extáticos en salas carcomidas
sin palabras que se opongan en los bolsillos, como una isla
que se hunde en la explosión brumosa de sus pólipos
—la noche,

Morimos
entre sustancias vivientes hinchadas anecdóticamente
de premeditaciones
arborizadas que sólo regocijan, que sólo se insinúan en el corazón mismo
de nuestros gritos, que únicamente reverdecen con voces de niño,
que solamente
trepan a lo largo de los párpados en el peldaño
agujereado miriápodos sagrados lágrimas silenciosas,

Morimos de una muerte blanca floreciendo de mezquitas su dintel de espléndida
ausencia donde la araña de perlas saliva su ardiente melancolía de mónada
convulsiva

en la inenarrable conversión del Fin

Maravillosa muerte de nada Una esclusa alimentada en las fuentes más secretas
de la ravenala se ensancha en grupa de gacela desprevenida

Maravillosa muerte de nada.

Las sonrisas escapadas al lazo de las complacencias deshácense sin precio de las
joyas de su infancia en plena feria de sensitivas en delantal de ángel en
temporada liminar de mi voz sobre la suave pendiente de mi voz a voz en grito
para dormirse.

Maravillosa muerte de nada

¡Ah! El penacho depositado de los orgullos pueriles
las ternuras adivinadas
he aquí con puertas más pulidas que las rodillas de
la prostitución
— el castillo de los relentes— mi ensueño
donde adoro
con la aridez de los corazones inútiles

(salvo del triángulo orquial que sangra violento como el silencio de las tierras bajas)
brotar en una gloria de trompetas libres con cascara escarlata
corazón no mantecoso, sustrayendo a la ancha voz de los precipicios
incendiarios y embriagadores tumultos de cabalgata

Muere Aimé Césaire (1913-2007)



Una multitud de martiniqueses despide a su poeta nacional Aimé Césaire

FORT DE FRANCE (AFP) — Una multitud de gente procedente de toda Martinica desfiló el sábado ante el féretro del poeta Aimé Césaire, expuesto en el estadio de Dillon, en Fort-de-France, donde este domingo tendrán lugar las obsequias nacionales.
El féretro recorrió el viernes la ciudad, bajo los aplausos de miles de personas que quisieron dar el último adiós al padre de la 'negritud' y principal responsable político de la isla durante más de medio siglo, y que falleció a los 94 años.
El sábado fue decretada jornada de duelo y homenaje en Martinica. Tras dos horas de espera, los martiniqueses, a menudo en familia, los niños vestidos de blanco como símbolo de pureza, se detenían algunos segundos ante el ataúd.
"La muerte de Césaire nos lo revela, no pensábamos que fuera universal. Tenemos la impresión de que es sorprendentemente actual, a pesar de que algunas de sus obras fueron escritas hace tanto tiempo", confió France Jean-Charles, un profesor jubilado que abandonaba el estadio.
La velada popular continuó hasta este domingo por la mañana en el estadio, antes de los funerales de Estado, un raro privilegio sólo otorgado a los escritores Víctor Hugo, Paul Valéry, en 1945, y Colette, en 1954.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, estará presente en los funerales.