Marlon Escoto, Ministro de Educación, decidió aplicar un viejo reglamento según el cual las clases debían ser de 45 minutos y no de 40. Esto implicaba que los alumnos que iban en el horario de la mañana entrarían al rededor de las 6 de la mañana y los de la tarde saldrían cerca de las siete de la noche. Las protestas de los estudiantes se hicieron sentir en los días siguientes. Más allá de cinco minutos extra de clases, el verdadero problema es que la seguridad no existe en mi país y los jóvenes exponían sus vidas al tener que salir y regresar a tales horas; porque la mayoría de ellos habitan en sectores de alto riesgo (ya de por sí, Honduras entero es un país de gran peligro).
Soad Nicole Ham Bustillo tenía 13 años, iba en primer curso del Instituto Central Vicente Cáceres. Aquel día, ella apareció en el canal de Televisión Hable como habla (HCH), junto con sus compañeros habían realizado un toma del colegio y se quejaba antes las cámaras sobre las sillas que no tenían en sus aulas, sobre el gasto militar excesivo del actual presidente y, para finalizar, insultó al actual ministro cono un estridente "¡Viejo hijo de la gran puta!". Dos días después, el cuerpo de Soad fue encontrado encostalado con marcas de haber sido estrangulada. Su asesinato coincidió con el de otros estudiantes de secundaria que también habían participado en las protestas. La mirada incriminatoria cayó inmediatamente sobre los altos cargos del gobierno. Ante los señalamientos, la policía y otras personalidades alegaron lo mismo que en otros incidentes: que los estudiantes estaban implicados en pandillas, con el agravante de provenir de familias desorganizadas e irresponsables y de tener conducta irregular en sus clases (lo último según el ministro).
Hace unos días, con respecto a la muerte de Soad Nicole, yo comentaba lo siguiente: Las autoridades de seguridad en Honduras no son de fiar y nunca lo han sido, sólo miren el caso de Ebed Yanes, Rafael Vargas Castellanos (el del hijo de la rectora), el de Riccy Mabel y tantos otros... Se usaba el viejo argumento de "en algo malo andaba" para justificar su muerte (aunque digan que no la justifican, sí lo hacen al culpabilizar a la víctima) cuando en el fondo sólo se escondía la podredumbre de la policía y del ejército. Todos esos casos sólo salieron a la luz porque los afectados se movieron para resolverlos. Entonces pregunto ¿Cuántos más habrá?¿Será este uno de esos casos?¿Podemos estar seguros de que no lo es? Nunca tendremos respuesta, pues no se puede confiar en ninguna autoridad hondureña debido al alto nivel de corrupción.
Ya en el imaginario popular quedó que a la niña la mataron por una protesta y va a ser muy difícil que se saque esa idea de la mente de las personas. Al fin y al cabo, ya no es relevante si la mató un marero o un político, si su muerte se planeó en una casa loca o en la presidencial; la respuesta es la misma de siempre: fue asesinada por todo un sistema asqueroso y descarado, por todos aquellos que defienden el status quo hondureño y quienes se callan ante él, esas son las autenticas manos manchadas de sangre.
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