jueves, 30 de junio de 2011

30-06

Claro, en la vida siempre van a pasar cosas malas, porque la maldad perdura, el mundo nunca se va a arreglar ni todas las personas que ya están podridas podrán salvarse. Ya quemé y rompí muchas cosas, ya dejé a tantos en el camino, siempre habrán traidores y sólo unas cuantos de los que nos acompañan continuaran siempre fieles a su amor; mas qué importa. Se me viene a la mente un verso de Cementerio Marino, ese poema que Paul Valéry literalmente lanzó para que el mar y el viento se lo llevaran o quizás como una invitación:"Hay que intentar vivir". Vamos a la vida, hoy tengo unas ganas ubérrimas de subir a un monte muy alto y cantar esta canción :)



Juntos cavaremos hasta la superficie de mi tierra.
Tu dolor es amor transformándose en mundo
y una caja es mi cuerpo donde el dolor no cesa.
Adentro mío;
escarba hoy en tu mano tratando de ubicarte en la cima.
Embelésate ahora que estas vivo.
Este mundo era ya una loqueria.
Vamos... adelante.
Llevaras todo junto,
llanura y vegetal entrelazado.
Agua sobre fuego y fuego bajo tierra.
Sé bien que tus coros se pondrán contentos.

-Miguel Abuelo.

martes, 28 de junio de 2011

sábado, 18 de junio de 2011

18-6

Es difícil seguir creyendo en muchas cosas, en especial en la bondad, a riesgo de pasar por tonto o por anatema. Sin embargo...

martes, 14 de junio de 2011

¿Adónde van?




¿Adónde van las palabras que no se quedaron?
¿Adónde van las miradas que un día partieron?
¿Acaso flotan eternas,
como prisioneras de un ventarrón?
¿O se acurrucan, entre las rendijas, buscando calor?
¿Acaso ruedan sobre los cristales,
cual gotas de lluvia que quieren pasar?
¿Acaso nunca vuelven a ser algo?
¿Acaso se van?
¿Y adónde van?
¿Adónde van?

¿En qué estarán convertidos mis viejos zapatos?
¿Adónde fueron a dar tantas hojas de un árbol?
¿Por dónde están las angustias,
que desde tus ojos saltaron por mí?
¿Adónde fueron mis palabras sucias de sangre de abril?
¿Adónde van ahora mismo estos cuerpos,
que no puedo nunca dejar de alumbrar?
¿Acaso nunca vuelven a ser algo?
¿Acaso se van?
¿Y adónde van?
¿Adónde van?

¿Adónde va lo común, lo de todos los días?
¿El descalzarse en la puerta, la mano amiga?
¿Adónde va la sorpresa, casi cotidiana del atardecer?
¿Adónde va el mantel de la mesa, el café de ayer?
¿Adónde van los pequeños terribles encantos que tiene el hogar?
¿Acaso nunca vuelven a ser algo?
¿Acaso se van?
¿Y adónde van?
¿Adónde van?.

-Silvio Rodríguez