sábado, 22 de noviembre de 2014

22-11

[Noche del 26 de enero de 2013]

“Soñé que estaba en Praga con vos; sin embargo, no te veía ni podía percibir mi cuerpo o el tuyo. Solo éramos como dos voces en off que recorrían la ciudad; pero sí estaba seguro que eras vos mi compañía. Hablábamos de que no existían puentes en esa urbe. Yo te decía que eso no era cierto, que sí había uno; porque Joaquín Sabina lo mencionaba en una canción, y el puente tenía el nombre de un Rey o Emperador que se llamaba Wenceslao o Pedro. Luego vos me insistías en "que no, que no habían puentes en Praga"; porque no habían ríos. Entonces, ya sin la sensación de que éramos voces en off sino de que estábamos en algún parque praguense, aunque sin nuestros cuerpos, como fantasmas, mirábamos frente a nosotros una extensión muy grande de agua, algo tan inmenso que no sabíamos si era un río muy caudaloso o simplemente el mar. Después me desperté."

03. Cristales de bohemia by Joaquín Sabina on Grooveshark

miércoles, 12 de noviembre de 2014

12-11

"Every time I crawl past your door,
I been wishin' I was somebody else instead.
Down the highway, down the tracks,
down the road to ecstasy,
I followed you beneath the stars,
hounded by your memory
and all your ragin' glory.

I been double-crossed now for the very
last time and now I'm finally free,
I kissed goodbye the howling beast
on the borderline
which separated you from me.
You'll never know the hurt
I suffered nor the pain I rise above,
And I'll never know the same about you,
your holiness or your kind of love,
And it makes me feel so sorry."

-Bob Dylan, Idot wind.

sábado, 1 de noviembre de 2014

Sergei Eisenstein y el Día de Muertos






“Y la gran sabiduría de México sobre la muerte. La unidad de la muerte y de la vida. El paso de una y el nacimiento de la otra. El eterno círculo. Y la sabiduría aun mayor de México: el saber disfrutar de ese eterno círculo. Día de los difuntos en México. El día de mayor diversión y regocijo. El día en que México provoca a la muerte y se ríe de ella. La muerte es tan sólo un paso a otro ciclo de la vida, ¿por qué temerla, pues? Las sombrererías exhiben calaveras con sombreros de copa y sombreros de paja. Los dulces toman la forma de cráneos de azúcar y ataúdes de confitería. Grupos de gente van al cementerio y llevan comida a los muertos. La gente juega y canta sobre las tumbas. La comida de los muertos se la comen los vivos. Cada vez se bebe y se canta más. Hasta que la noche cubre el día de los difuntos. El día de los difuntos se convierte en el día del nacimiento de nuevos seres, de nuevos arribos. Y de debajo del cráneo espantoso de la grotesca mascara y fiesta de muerte, asoma el rostro sonriente de un recién nacido que impone la ley inmutable de la muerte que sigue a la vida y de la vida que sucede a la muerte”.

-Sergei Eisenstein, El sentido del cine.