sábado, 31 de diciembre de 2011

2011, annus horribilis/annus mirabilis

Este 2011 se mueve entre el annus horriblis (año horrible), que una vez mencionó la reina Isabel II en una referencia al poema "annus mirabilis" (año de milagros o de las maravillas) del poeta John Dryden, quien en todo caso sólo uso el término para sugerir que las cosas pudieron haber sido peores en la Inglaterra de 1666 (Con un incendio, guerra y la plaga, eso parece dudoso).  De un lado, el año inició con el final de un amor, el desengaño en muchos aspectos sobre varias personas que creía cercanas, el nacimiento de muchas enemistades duraderas, varios asaltos y la muerte de varios conocidos. Por otra parte, el onceavo año de este siglo termina con una lucha intensa por la que he considerado una causa justa: la inscripción de los movimientos estudiantiles independientes en las próximas elecciones de la U.N.A.H., que de cierta forma me devolvió la  fe en que sí se pueden cambiar algunas cosas y que significó mi primera experiencia como miembro oficial de una organización política, además de acostumbrarme a aparecer en algunos medios de comunicación dando declaraciones como vocero para desgracia de mis nervios; más importante es que durante casi todos estos últimos meses hice un trabajo de investigación para graduarme sobre uno de los poetas hondureños que más admiro, el cual me abrió su casa para enseñarme una importante lección sobre la vida y lo que significa seguir el camino de la poesía; ya para finalizar, hace apenas unas semanas fue el final de mis estudios de Letras y de francés en la Alianza Francesa, que me abrirán muchas puertas el próximo año y que, dado que terminé con muy buenas notas como para asegurarme de librarme definitivamente del Karma del tiempo perdido en Derecho, quiere decir que podré optar a estudios en el extranjero como desde hace años lo había deseado. Si lo vemos fríamente y sin necesidad de ser trágicos, fue una de cal y otra de arena. 

Este 2012 que viene tiene cosas muy interesantes: proyectos de publicaciones, buscar un trabajo mientras consigo una beca, gastarme el dinero de mi posible trabajo en hacer viajes por Centroamérica con mis amigos(as), ponerme a trabajar por fin en uno que otro libro que me gustaría publicar ya de una vez y sin hacer mucho barullo (nunca he considerado tal cosa como relevante), y, por supuesto, quizás al final del año se realice mi gran deseo de viajar a estudiar al extranjero, a Europa ante todo. Como ven, el año 2012 se muestra como algo emocionante y esperemos que no tenga tantos traspiés como este que se ya va.

Cierra bien la puerta 2011 y no tratés de volver con tus mismas mañas, pero vestido de otra fecha; aunque no puedo decir que me arrepiento de las decisiones tomadas; pues, al final, todas ellas demostraron que eran para bien por muy difíciles que parecieron en su momento.  Creo que estoy a las puertas de algo muy bueno y muy grande, que cosas muy importantes vienen en camino el próximo año y ojalá que así sea.
  


Postdata: ¡Feliz 2012 para todos ustedes! :)

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Joaquín Pasos

Este año no se puede ir, y antes de que haga mi acostumbrada lista de recomendaciones anuales,  sin que les hable de uno de los mejores libros que leí este año: Poemas de un joven del poeta Joaquín Pasos. Este es un texto que quiero realmente recomendarles, pues desde hace mucho tiempo que no leía un libro que moviera tantas cosas dentro de mí y con el cual sintiera una identificación en muchos aspectos. A tal grado los poemas de este libro afectan a las personas que una de mis maestras me confesó que había llorado al leerlo y he de decir que yo también sentí más de un nudo en la garganta o derramé una lágrima en ciertas partes. 

Joaquín Pasos nació en la ciudad de Granada, Nicaragua, el año de 1914 y fue integrado desde los 16 años al "Movimiento de vanguardia" una agrupación literaria que en el año de 1929 pretendía acercar la literatura de esa República a lo que las vanguardias europeas y norteamericanas producían por ese entonces. Así que este grupo abanderó todo aquello que los alejara de lo tradicional y de la fuerte influencia de Rubén Darío;  por lo cual se declararon anti-parnaso, anti-modernistas e incluso fueron fundadores de una Anti-academia Nicaragüense. A este movimiento pertenecieron  José Coronel Urtecho, Manolo Cuadra, Pablo Antonio Cuadra,  Octavio Rocha, Zavala Urtecho y Carmen Sobalvarro (enamorada de Sandino) y Pedrito Ortiz (personaje imaginario que inventaron, pero que a tal grado era reconocido como miembro que cuando mandaron meterlos presos a todos, la orden de captura incluía el nombre de este personaje irreal). De corte conservador y católicos, a pesar de ser un movimiento tan sui generis, apoyaron la lucha de Sandino contra la ocupación de Estados Unidos; aunque después se pusieron del lado del primer Somoza, pues políticamente creían en "la buena dictadura" y pasó no poco tiempo para que devinieran adversarios de éste. Los vanguardistas se dieron a conocer a través de lecturas en el campanario de la Merced, semanarios, páginas culturales en los principales periódicos y revistas (¡Vaya cantidad de revistas que habían por esos años en Nicaragua!); entre los más conocidos estaban: La Semana, Página de Vanguardia y el diario La Reacción, por lo que también fueron conocidos por un tiempo como "Los reaccionarios", nombre que les trajo no pocas confusiones políticas con el paso de los años. 

Joaquín escribía desde los trece años, ingresó al grupo recomendado por su primo Pablo Antonio Cuadra, su presentación en la página Vanguardia decía de él: "Es enamorado. Fuma cigarrillos. Va a menudo al cine. Es poeta". Siempre anheló viajar, pero sólo pudo salir una vez fuera de su país en un vuelo rápido a San José, Costa Rica,  para un chequeo médico urgente. Los hermanos Cuadra y el poeta Ernesto Cardenal recuerdan que él tenía la manía de reírse a carcajadas cuando escuchaba un buen poema, nunca terminó de estudiar Derecho, siempre estaba en planes de casarse y nunca lo hacía, aprendió inglés por sí solo, era bebedor y sumamente católico. Además, tuvo una actividad notoria en la página literaria Los Lunes del diaro La Prensa desde la que atacaba con sátiras la dictadura  Somocista, lo cual  le valió el cariño de su pueblo y estar preso varias veces. Murió en 1947 en Managua, a los 32 años, Ernesto Cardenal nos narra el suceso de la siguiente forma: "Lo últimos años llevó una vida más seria, pero el organismo lo tenía minado. Fue empeorando lentamente. Murió el 20 de enero de 1947 a la una de la madrugada, cuando tenía treinta y dos años. Los Lunes habían salido a las 12 del día y cómo él era el director estaba esa tarde en su cama haciendo las cuentas de la ganancia de la edición. Entró su hermano Luis y le dijo: "Como pensás en eso cuando deberías pensar en Dios? No debemos engañarte: te estás muriendo". Joaquín preguntó a su madre: "¿Es verdad lo que dice Luis, que me voy a morir pronto?". Ella le respondió: "Sí, hijo". Y luego exclamó: "Dios me lo dio, a Dios se lo devuelvo". Joaquín se quedó callado un rato. Luego le dijo: "Poneme enfrente el crucifijo". Eran las siete de la noche, seis horas antes de su muerte. Desde entonces quedó mirando todo el tiempo el crucifijo hasta que murió. Manolo Cuadra dice que poco antes de morir le oyó decir: "Todo está preparado". Y también "No hay nada que temer".   

En vida no publicó más que algunos poemas, sátiras y artículos en diarios y revistas, colaboraciones con otros poetas, como la conocida Chinfonía Burguesa con Coronel Urtecho. Días antes de su muerte, todavía intentaba ordenar su obra para una publicación definitiva; así que de forma póstuma fue publicada la antología Breve suma y algunos años después Poemas de un joven. Esta última publicación, que es la que ocupa mi interés, fue ordenada por Ernesto Cardenal de acuerdo a la forma en que Joaquín deseaba que se hiciera:  Poemas de un joven que no ha viajado nunca, Poemas de un joven que no ha amado nunca, Poemas de un joven que no sabe inglés, Misterio indio y Corales, incluido como Otros poemas para dar lugar a sus trabajos incompletos o no clasificados en ningún libro, agregando al final El canto de guerra de las cosas. Debo decir que de los poemas contenidos y del orden en que fueron puestos es que nos nació esa identificación con la obra de Pasos; porque también nosotros hemos anhelado el viaje y algunas veces decimos que hemos viajado sin haberlo hecho realmente; hemos amado, pero no hemos amado al mismo tiempo; nos identificamos con los miserables, pero no supiéramos lo que sabemos y no seríamos lo que somos si hubiéramos sido uno de ellos y, sin embargo, como nos duele su mismo dolor; sabemos lo terrible que es la guerra; aunque no hemos vivido una de verdad y reconocemos que el mundo está perdido; pero dejamos una breve luz de salvación, antes de gritarlo lo más que podemos.

Y sin más parloteo, les dejo unos enlaces para que también puedan leer a Joaquín  Pasos, (Lastimosamente no incluyeron sus poemas de viajes en estas selecciones) y si van a Nicaragua, no duden en buscar sus libros.  El primero de los enlaces que les dejo es una antología que forma parte de los materiales de lectura de la UNAM, lo descargan en PDF o lo leen en línea pinchando en el índice de su izquierda. El segundo es Poemas de un joven que no sabe inglés en su versión completa.   

Para despedirme, quiero decir que espero visitar Granada el próximo año con unos amigos y que, cuando camine por esas calles, no podré sacarme de la cabeza el Epitafio para Joaquín Pasos que escribió Ernesto Cardenal y que musicalizó Joan Manuel Serrat.

domingo, 18 de diciembre de 2011

18-11



"¿Cómo puede volver el mundo a ser como era antes, después de tantas cosas malas? Pero al final, es sólo una cosa pasajera. Esta sombra, incluso la oscuridad debe pasar. Llegará un nuevo día, y cuando brille el sol, brillará con más claridad."

sábado, 3 de diciembre de 2011

La política de Batman


Batman es uno de mis superhéroes favoritos, su forma de hacer las cosas, la reflexión sobre la oscuridad que su personaje implica y la dualidad, su porte trágico. Es quizás uno de los héroes de DC que mejor ha sido adaptado por autores como Frank Miller, Bryan Azarello, Allan Moore o Grant Morrison. Es por eso que copio y pego acá este artículo del diario "Hoy" de República Dominicana, escrito por Eduardo Jorge Prats y que reflexiona, desde el punto de vista de la Teoría del Estado, sobre este personaje: 

"Para muchos de los que han visto la película “Batman: el caballero de la noche” del director Christopher Nolan, se trata de otro espectáculo fílmico de esos a que nos tiene acostumbrados Hollywood con sus megaproducciones basadas en superhéroes de los comics. 

Pero más allá de ser eso, esta película es, sin lugar a dudas, una obra que puede ser interpretada semiológica, escatológica, teológica, filosófica y políticamente. En lo que respecta a la política que subyace tras Batman, ésta puede ser sintetizada en la legitimación del estado de excepción para el combate del terrorismo y el crimen. 

Esto queda clarísimo desde el momento de la concepción del héroe. Batman es un paramilitar cuyas acciones encubiertas o no implican el amplio uso de la violencia. Se trata de un vigilante que no rinde cuentas a nadie, que tortura, que al hacer la justicia con sus propias manos viola constantemente las reglas del Estado de Derecho y del derecho fundamental al debido proceso, que se entromete en el trabajo policial y del Ministerio Público, que secuestra ciudadanos en el extranjero para presentarlos ante los jueces de Gótica, que viola el secreto de las telecomunicaciones y que provoca inmensos daños colaterales con sus actuaciones. 


Es por ello que el fiscal Harvey Dent compara a Batman con un dictador romano que es elevado al poder en tiempos de crisis para tomar las medidas excepcionales que los gobernantes de los tiempos ordinarios no pueden tomar. Aquí la referencia a la doctrina del estado de excepción y a Carl Schmitt es más que evidente: Batman, con su guerra contra el crimen ordinario de los mafiosos de siempre y contra el extraordinario terrorismo del Guasón, no solo se erige en un supervigilante sino que además usurpa el proceso democrático. No por azar Bruce Wayne decide obtener financiamiento vitalicio de los ricos de Gótica a favor de Dent y su cruzada contra el crimen. La idea es que Dent no tenga que contar con apoyo popular para sus actuaciones. 


No es que Batman esté desprovisto de valores morales. Su código de ética, lo que hace que el héroe no se convierta en un villano, es que no mata, hace prevalecer el interés público sobre el personal, está dispuesto a entregarse a la justicia y, contrario al Guasón, tiene capacidad autocrítica. Por eso el Guasón entiende por qué Batman no lo mata: “¿Verdaderamente eres incorruptible, no es así?” 


Lo paradójico es que los terroristas necesitan al dictador excepcional como una manera de legitimarse y probar la hipocresía del liberalismo. Es por ello que el Guasón le espeta a Batman: “No te quiero matar. ¿Qué haría yo sin ti?”. Su “experimento social” es simple: “Introduce un poco de anarquía… Altera el orden establecido… Bien, luego todo el mundo se vuelve loco”. Es la lógica del terror: a la larga, los demócratas que combaten el terrorismo se convierten en villanos. “O tu mueres como héroe o vives lo suficiente para verte convertido en villano”, dice Dent a su novia. Como bien afirmó Jonathan Alter, tras el 11-S, al justificar las medidas excepcionales contra el terrorismo, “nadie dijo que esto iba a ser bello”. 


El discurso de Batman es que las democracias necesitan dictadores excepcionales que se ensucien las manos limpiando la casa de los terroristas y los criminales que amenazan a los buenos ciudadanos y a las leyes ordinarias que los villanos no respetan. O para decirlo con las palabras de Slavoj Zizek: “La vigencia universal e incondicional de la Ley solo puede ser sostenida por un poder soberano que se reserve el derecho a proclamar un estado de excepción, es decir, suspender la vigencia de las leyes a favor de la propia Ley”. El problema es que cuando se acude a mecanismos excepcionales como la tortura y la intercepción de las telecomunicaciones privadas el estado de excepción activado se prolonga indefinidamente y la excepción se vuelve ordinaria y permanente. Zizek ya lo ha dicho: si el único camino de mantener el orden es transgredir el orden, entonces “el precio que pagamos por esto es que el orden que sobrevive en consecuencia es una burla de sí mismo, una imitación blasfema del orden”.