martes, 24 de julio de 2012

All I really want to do

Esta canción de Bob Dylan apareció por primera vez en el disco Another side of Bob Dylan, del año 1964, un álbum que estaba en su mayor parte inspirado por la experiencia que le dejó el romance que tuvo con Suze Rotolo y la ruptura entre ellos; además que Dylan quería alejarse de los temas estrictamente de protesta que había presentado en su disco anterior The times the are a-changin' de 1963. 

Este tema tiene una letra muy simple, pero realmente hermosa (click aquí para ver la letra en versión bilingüe): el autor va enumerando acciones que no quiere en una relación, verbos que en una sociedad conservadora son muchas veces asumidos como parte  de cualquier vínculo entre dos personas. Al dejar clara su postura en contra de ellos, Bob termina con el estribillo "Todo lo que realmente quiero es ser tu amigo". 

All i really want to do también fue versionada por The Birds y Cher, además de aparecer en otros discos de recopilatorios de la obra de Dylan y varios de conciertos. Debo decir que, de todas  las que he escuchado, la versión en vivo del álbum Bob Dylan at Budokan del año 1979 es la que realmente adoro por toda su potencia y alegría. Para mí, la canción es una bella declaración de principios.


"All I really want to do
Is, baby, be friends with you."

viernes, 20 de julio de 2012

Violeta Parra en covers

Segundas partes nunca fueron buenas y no digamos segundas versiones; sin embargo, existen múltiples excepciones (Y recordemos que toda excepción sólo confirma la regla). En este caso voy hablar de dos discos de covers de canciones de Violeta Parra, ambos tributo a una de las artistas más grandes de América Latina.



El primero de ellos es Después de vivir un siglo, álbum que se publicó en el año 2001 a cargo varias agrupaciones del rock chileno más reciente. Este trabajo cuenta con diversas colaboraciones, entre ellos Los Miserables, Los Bunkers, Lucybell, Pettinellis y Dracma. Estas canciones beben no sólo de la música contemporánea, sino del folklore chileno; así que produce una agradable combinación y muy fuerte. De todas las canciones que están en el disco, me quedo con la versión de Gracias a la vida que hicieron Los Bunkers, a los cuáles ya les había escuchado versionar canciones de Silvio, aunque no muy de mi gusto. De este cover en particular se ha dicho que refuerza el sentido irónico del original, este último más que una canción de celebración de la vida es de despedida de la existencia; sin embargo, yo opino que Los Bunkers le dan una gran fuerza a la canción y la siento como una apología del vivir.

El otro de los discos tributo es la banda sonora de la película Violeta se fue a los cielos, que hace unos meses pudimos ver con mis amigos en el cineclub de la universidad. Aunque las canciones tienen su propio estilo, como todo cover, vale hacer una mención especial de la voz de Francisca Gavilán (quien personifica a Violeta en el filme) y que tuvo que pasar por un arduo entrenamiento para lograr esa voz tan parecida y ejecutar a la perfección las canciones de Parra; puesto que el director Andrés Wood no quería que se usaran grabaciones en las partes musicales. Ella, además, está acompañada en este disco por Carmen Luisa, una de las hijas de Violeta Parra, e Hilda Parra, hermana de la cantautora, y también por un cantante campesino anónimo. 



Espero que estos dos discos despierten su interés por la obra de Violeta Parra. Como despedida, arriba les dejó el cover de Volver a los 17,  que por diversas razones no he podido dejar de tararear mientras voy caminando por la calle.

lunes, 16 de julio de 2012

¡Viva la vida!


"Viva la vida", de Frida Kahlo, es la última pintura de esta artista y fue elaborada ocho días antes de su muerte. 

miércoles, 4 de julio de 2012

"Todos estamos solos, porque todos somos dos..."

"La verdadera soledad consiste en estar separado de su ser, en ser dos. Todos estamos solos, porque todos somos dos. El extraño, el otro, es nuestro doble. Una y otra vez intentamos asirlo. Una y otra vez se nos escapa. No tiene rostro, ni nombre, pero está allí siempre, agazapado. Cada noche, por unas cuentas horas, vuelve a fundirse con nosotros. Cada mañana se separa. ¿Somos su hueco, la huella de su ausencia? ¿Es una imagen? Pero no es el espejo, sino el tiempo, el que lo multiplica. Y es inútil huir, aturdirse, enredarse en la mañana de las ocupaciones, los quehaceres, los placeres. El otro está siempre ausente. Ausente y presente. Hay un hueco, un hoyo a nuestros pies. El hombre anda desaforado, angustiado, buscando a ese otro que es él mismo. Y nada puede volverlo en sí, excepto el salto mortal: el amor, la imagen, la Aparición.

Ante la Aparición, porque se trata de una verdadera aparición, dudamos entre avanzar y retroceder. El carácter contradictorio de nuestras emociones nos paraliza. Ese cuerpo, esos ojos, esa voz nos hacen daño y al mismo tiempo nos hechizan. Nunca habíamos visto ese rostro y ya se confunde con nuestro pasado remoto. Es la extrañeza total y la vuelta a algo que no admite más calificativo que el de entrañable. Tocar ese cuerpo es perderse en lo desconocido; pero, asimismo, es alcanzar tierra firme. Nada más ajeno y nada más neutro. El amor nos suspende, nos arranca de nosotros mismos y nos arroja a lo extraño por excelencia: otro cuerpo, otro ojos, otro ser. Y sólo en ese cuerpo que no es el nuestro y en esa vida irremediablemente ajena, podemos ser nosotros mismos. Ya no hay otro, ya no hay dos. El instante de la enajenación más completa es el de la plena reconquista de nuestro ser. También aquí todo se hace presente y vemos el otro lado, el oscuro y escondido, de la existencia. De nuevo el ser abre sus entrañas."

-Octavio Paz, "El arco y la lira".