sábado, 20 de septiembre de 2014

20-9

"Era casi de música. Todo el color del cielo
se anudaba a su cola".

Canción para un gato muerto, Roberto Sosa.

Hace unos días murió el gato de nuestra casa, cría de otra gatita que teníamos (y que ahora vive con mis papás). Todos lo habíamos adoptado como propio en la familia. Unos días atrás, enfermó gravemente y no se pudo hacer nada para salvarlo. En principio, pensamos que había comido algún animal venenoso, como una de esas lagartijas o serpientes que siempre evitábamos en vano que cazara; pero cuando la perrita de la vecina cayó enferma exactamente de la misma forma, nos dimos cuenta de que lo habían envenenado. 

Doña Virginia,  quien perdió sus piernas debido a una enfermedad y entre sus pocas compañías se contaba su mascota ahora muerta, nos contó que tenía sospechas que unas vecinas calle abajo estaban repartiendo carne con veneno en diversas casas. Nuestra indignación fue grande. En principio consideramos que lo hacían con el fin de librarse de las molestias que causaban las mascotas o, ya más paranóicos, que quizás era una avanzada para darle paso a algún maleante. Yo siento que sólo es un síntoma más de una sociedad enferma. Siempre he pensado que una comunidad que no respeta  ni siquiera la vida de animales, que no puede sentir empatía por la vida más pequeña, es improbable que respete la de seres humanos y viceversa. Mi hermana, que es psicóloga, acostumbra decir que el maltrato de seres vivos es un comportamiento propio de sujetos con algún tipo de psicopatía y creo que la conclusión es obvia  si llevamos eso a un nivel de representación nacional ¿Qué se puede esperar de las personas en un país donde hay veinte asesinatos al día?    

viernes, 12 de septiembre de 2014

1914-1918: La guerra de las trincheras


Obra dibujada y guionizada por Jaques Tardi (Francia, 1946), uno de los historietistas más importantes de esa república, fue publicada en 1993. Narra diversas historias y retazos al respecto de la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Bien podría decirse que es un cómic-documental, pues el autor se basó en diversos testimonios de la época, cartas y datos que pudo obtener, aunque intenta alejarse de los números y los historiadores.


Tardi toma distancia del registro histórico duro, ese que sobra en los libros de texto, y posa su lente sobre aquellos que no tuvieron derecho a réplica durante el conflicto: “No me intereso más que en el hombre y su sufrimiento, y mi indignación es grande”, nos dice. El autor recurre a los actores más directos, quienes han sido acallados por el paso del tiempo y forma un mosaico de proporciones cubistas que bien podría comparar con el Guernica en su discurso anti-belicista si no fuera porque la visión aquí es irónica y, desencantada. La narrativa se torna satírica y desesperanzada en muchos tramos y podría incluso decir, citando a Hayden White, que Jaques Tardi “contempla esas esperanzas, posibilidades y verdades en forma irónica, en la atmósfera generada por la aprehensión de la inadecuación última de la conciencia para vivir feliz en el mundo o comprenderlo plenamente"; así que al final no hay reconciliación posible con la realidad ni redención, por lo que todo se torna umbrío y nos deja con la sensación de que ninguna de lucha ha valido la pena.  


Una de las críticas que se le ha hecho a esta novela gráfica es que no cede la palabra a extranjeros y el mismo autor se excusa por ello, como el mismo nos dice: “Me he limitado al bando francés por dos razones ¿Cómo reaccionaron en combate los ingleses?¿Cómo era el estado anímico de los italianos? Es muy difícil imaginar la mentalidad de un joven en 1914. Por supuesto, la mayoría de las naciones participantes en el conflicto salen mencionadas y se hace constante alusión a los alemanes como "los boches" (he empleado ese término sin desprecio, pues era el que se usaba en esa época). Espero haber sido lo suficientemente claro para que nadie hable de sentimientos de venganza o nacionalistas. He querido hacer alusión a las pobres gentes de nuestras colonias, alegremente invitadas a participar en "la fiesta". Quien ha llamado mi atención es el hombre, sea cual sea su nacionalidad, el hombre de quien se dispuso, el hombre cuya vida no valía nada en manos de sus superiores...”. 


Sólo los soldados podían dar cuenta de esta carnicería y el mismo dibujante acepta que sólo les ha prestado imágenes. No hay tintes patrióticos aquí y los jóvenes sólo anhelan salir de ese infierno. Los guerreros no son heróicos ni siquiera valientes ¿Quién puede serlo ante tanta inmundicia? La derrota es a partes iguales y cada uno es llevado hacia el gran matadero, hacia la oscuridad que acecha como metáfora en alguna de las zanjas, en un túnel o incluso a la sombra de la “Tierra de nadie” donde habitan los fantasmas y  los cadáveres. Luego llega el silencio y, para los que sobrevivían,  sólo resta “el horror, el horror, el horror”  como escribió alguna vez Josep Conrad.


La guerra de trincheras es un texto poderoso, cada cuadro es un canto contra la estupidez y una muestra de los horrores de la contienda bélica. Recopilación de cifras, sucesos dispersos y pensamientos, nos revela la cloaca en la que se convirtió toda la humanidad durante ese período. A cien años de La Gran Guerra, vale la pena leer este trabajo y reflexionar.  

sábado, 6 de septiembre de 2014

Plaisir d'amour

Hay ciertos días en que una canción comienza a rondarme la cabeza. A veces esto dura sólo una tarde, en otras ocasiones unas cuantas semanas y, en el peor de los casos, pueden pasar meses y la cancioncita sigue en mi materia gris. En esta ocasión la tonada viene de muy lejos y de mucho tiempo atrás. Plaisir d'amour es un romance escrito en a finales del  siglo XVIII, escrito por  Jean-Pierre Claris de Florian e incluido en la novela La Nouvelle Celestine

Esta pieza ha sido interpretada por diversos músicos y se popularizó en los cafés y la bohemia parisina. La letra original es una historia tan vieja como el tiempo: el personaje se lamenta con su canto porque ha dejado todo de lado por Silvia, su enamorada, y ella lo ha traicionado al abandonarlo por un nuevo amor.  

“Tant que cette eau coulera doucement 
Vers ce ruisseau qui borde la prairie,
Je t'aimerai, me répétait Sylvie,
L'eau coule encore, elle a changé pourtant”.
[-Tanto como esta agua correrá dulcemente
hacia el arroyo que bordea la pradera,
yo te amaré.- Me repetía Silvia.
El agua corre todavía, sin embargo ella ha cambiado.]

La canción es de lo más sencilla, tiene una letra nada complicada y parece que fuese compuesta para que cada quien la completara con su interpretación personal. Claro, las cosas menos complicadas son en realidad las más enrevesadas. 

La famosa Brigitte Bardott hace su versión para el filme Boulevard du Rhum, aunque sólo repite el estribillo y mantiene la música. También me gusta la interpretación de Marianne Faithfull, aunque cambia la letra en la versión inglesa; porque se olvida del texto de  Jean-Pierre y los versos se centran en la felicidad que produce el amor, cómo cambia la forma de ver el mundo y todo se torna más ligero y colorido "Mi amor me ama y es maravilloso todo lo que veo", dice primero, y luego: "mi amor se ha ido, aunque todo lo que dijo quedó guardado en mis latidos". La versión anglosajona tiene quizás una visión consoladora; aunque, como si tratara de advertirnos, termina con el estribillo original: 

“Plaisir d'amour ne dure qu'un moment,
chagrin d'amour dure toute la vie.” 
[Placer de amor no dura más que un momento. 
Dolor de amor dura toda la vida].

Es curioso, pero quiénes mejor interpretan esta canción son siempre mujeres y ninguna de las adaptaciones que hacen hombres me gusta. Mi versión favorita es la que canta Joan Baez en un concierto de 1965 para la televisión inglesa: