domingo, 10 de noviembre de 2019

Gelsomina



Gelsomina es un personaje que inspira ternura. Ves sus ojos y encontrás toda la inocencia del mundo, su dulzura, incluso para los que no la merecen. Por eso, y esto puede arruinarles la película, duele tanto el camino al que su bondad la lleva. Es como me dijo un profesor de Literatura, la verdadera tragedia está en la historia de seres auténticamente buenos que son destruidos por un mundo podrido... 

domingo, 27 de octubre de 2019

El amor visto como una búsqueda de lo perdido

Pues la inmensidad no es sino el caballo de tiro que saca
a la carreta del atolladero; y vamos hacia la razón.
pero el genio es una inmensa pequeñez, unas gotas
del corazón que amparan lo mismo a la liebre que al cazador.

¡Cuán suavemente, amor, como en el sueño de una rosa,
el viento se desliza sobre la tensa pradera de la noche!
Ve cómo los grandes ojos de madera de los bosques
observan la arquitectura de nuestra inocencia.

Tú, la ciudad; yo, el forastero; éste, el camino:
y cada uno la obra de los demás.
Y no es que el hombre tenga que esforzarse más, ni cesar la compasión; sino que
ha de vivir más libremente; que en todas sus ciudades ondee limpia una bandera…
Hemos estado demasiado tiempo solos, amor, y se ha hecho terriblemente tarde
para los pies traspasados en el agua, y no debemos morir en  este instante.
¿Te has preguntado por qué todas las ventanas del cielo estaban rotas?
¿Has visto acaso a los desposeídos en la tumba abierta de la mano de Dios?
¿O es que quieres poner de acuerdo a la alondra con la  música fatua de la guerra?

He allí el paso silencioso en la nieve; el forastero;
el reyezuelo lisiado; la monja; la bailarina; el ala de Jesús
sobre los peregrinos de la villa; y he allí
muchos brazos desesperados a nuestro alrededor y alrededor de todo lo que sabemos.

-Kenneth Patchen (Estados Unidos, 1911-1972)

domingo, 20 de octubre de 2019

Angelus


"-Camarada, ¿pueden tener alas los enanos?" 

Lech Majewski (Katowice, Polonia, 1963) es uno de tantos directores poco conocidos en nuestro país. Su obra tiene un alto contenido onírico y guiones de fuerte carga poética. En Angelus (2001), un grupo de artistas polacos esperan que se cumpla la profecía de su maestro: la aparición de los diversos signos del fin del mundo, pero también la llegada del "Angelus", un ser puro que nos salvará mediante su sacrificio.

Pasan los años y el sujeto no aparece, pero las señales se suceden; en general, signos de la modernidad: las guerras mundiales e invasión de Polonia por parte de los nazis, el arribo del comunismo a Europa del Este y la llegada del totalitarismo stalinista. Entre todo esto, la espiritualidad y las figuras religiosas se anteponen al materialismo de la época como una vía de redención o un regreso a la infancia simbólica de la humanidad: Los ángeles acompañan a los enamorados, a los enanos les crecen alas a pesar de las críticas de los camaradas y un hombre espera, en lo alto, su sacrificio final para salvar a toda la humanidad. Los milagros se transforman en algo cotidiano, pero nadie quiere verlos.  

Angelus es un filme místico, en el sentido de María Zambrano: "un amor que debe ser elevado, limpiado, para lograr salvarnos". Al final queda la incógnita de lo que vendrá. El Angelus, ese ser llega y está allí suspenso en la cima de la montaña; aunque no se muestra el acto de salvación; porque mirarlo no es necesario, se trata de un acto de fe: un ruego al espectador para que posea la certeza de lo que no se ve. 

sábado, 12 de octubre de 2019

True love will find you in the end


Su voz bastaba para rasgar la armadura del mundo. A mis veinte y tantos de aquel entonces,  nunca había oído una promesa de amor incumplido tan conmovedora. Descansa, Daniel Johnston.

martes, 17 de septiembre de 2019

Lugares que fuimos


Caminaba hace un año por el centro de Tegucigalpa en compañía de una amiga y me di cuenta cómo nuestras referencias de la ciudad ya son lugares que no existen.  Pasé frente al antiguo Cine Variedades, le conté como, allá por los años noventa, pintaban una reproducción completa y en grande del afiche de algún  estreno importante.   Un día, la gente que iba y venía se encontró con la noticia de que habían vendido el edificio. Los peatones se arremolinaron en la taquilla, no para comprar un boleto, sino para rescatar un viejo tique, una caja de cartón para palomitas, el antiguo sello, un pedazo de su memoria...  Ya no sé que es ahora el Cine Variedades ¿Una tienda de Elektra?¿De ropa usada?¿Una ferretería? Así se degradan nuestros sitios y los lugares que fuimos ya no son nuestros. 

miércoles, 11 de septiembre de 2019

Todo lo que he escrito sobre nosotros es mentira

Todo lo que he escrito sobre nosotros es mentira.
No es lo que fue sino lo que yo quise,
mis nostalgias detenidas en inalcanzables ramas,
mi sed extraída del pozo de mis sueños,
bocetos alumbrados.

Todo lo que he escrito sobre nosotros es verdad:
tu belleza,
     o sea una cesta de frutas una mesa en el campo
cuando me faltas tú,
     o sea cuando me convierto en la última farola de la calle
                                                          del último rincón de la ciudad,
cuando tengo celos de ti,
     o sea cuando corro de noche entre los trenes con los ojos vendados
mi felicidad,
     o sea río soleado que rompe sus diques.
Todo lo que he escrito sobre nosotros es mentira,
todo lo que he escrito sobre nosotros es verdad.


-Nazım Hikmet (Turquía, 1901 - Moscú, 1963).

sábado, 9 de marzo de 2019

Lectura para el que nunca le ha cantado a un hijo

1

Tú has nacido en un sitio verdadero,
lejos del mar
y cerca del olvido;
en un lugar
donde aún la patria llora
aunque nadie lo diga;
en un planeta sudoroso
y triste
que aun discute su origen
y su carga
al rededor de un parque de ceniza;
en un país de rigurosa piedra
donde vivir es tan sólo una pena
tocada de azul convaleciente,
de un silencio que escucha
y nos devuelve
el asiduo rumor de las estrellas;
en un país de portentosa niebla,
de habitantes extraños,
incongruentes,
que aun encienden hogueras en las vísperas
y que se santiguan
con las manos sucias,
que le venden las cruces a los muertos
y aun le niegan las flores
a los vivos.

Tú has llegado a la luz de cuerpo entero
y eres un hijo mío:
testimonio
de que naciste solo
en una aldea
con las manos sedientas de rocío
Llegaste a tiempo de sumar las horas
con los naufragios
(y la luz a ciegas)
llegaste a tiempo de mirar el rostro
fatal del siglo veinte,
y esperar
los navíos cargados de despojos,
de sangre y luto y alguien
que dijo la verdad
y busca un sitio más para sus huesos.
Tú ya has cruzado la cercana niebla,
la sombra más adicta a la medalla,
la costra gemebunda de los días
llorándole el recuerdo a las estatuas
y a los ríos más lentos
su camino.

Tú has llenado de amor
todo el paisaje,
me debes sólo el corazón,
tan sólo;
y has de inclinar la frente
ante la vida
pero todas las tarde,
por si acaso,
por si acaso hay un lirio profanado.

2

Por fin me has dado un paso en la blancura,
y eso ya es levantarse de mañana
sobre la tierra oscura
y acosada
sobre tu dulce infancia
sostenida
sólo en la flor segura
y en mi mano.

Por fin me has dado un paso en la sonrisa:
aguas sin barcos,
soledades sin frío;
y dice tu mamá que ya caminas,
y dice tu mamá que ya eres hombre
de dar un beso y consagrar el vino; y qué quieres que yo haga
si andan locos,
si andan locos de dicha
los caminos...

-Antonio José Rivas, del libro El interior de la sangre.