viernes, 22 de abril de 2011

Mucha agua y poco chocolate.



Este trailer de Como agua para chocolate, del director Alfonso Arau, inicia diciéndonos cada uno de los premios que su película ganó, como para que no dudemos ni nos cuestionemos sobre la calidad del filme; pero ese no es mi caso, yo sí me cuestioné y la verdad es que esta película dista mucho de merecer el lugar 56 que ocupa en la lista de las 100 mejores películas del cine mexicano.

Hace unos días fui al centro Cultural español de Tegucigalpa (C.C.E.T.) a ver esta obra, era la última película que iban a presentar antes de su cierre de semana santa. A pesar de haber escuchado maravillas en los medios sobre la película, trataba de no ir prejuiciado; así que tomé el asiento más cercano a la pantalla y la proyección inició. Yo había leído el libro cuando todavía estaba en el bachillerato, así que sólo bastaron algunas escenas de la película para refrescarme la memoria, y también unos cuantos minutos para darme cuenta de que aquello sólo tenía unas cuantas cosas rescatables.

Primero, aclaremos algo: lo que sí valía la pena de la película eran el vestuario, la banda sonora, la fotografía y la escenografía; tiene escenas que realmente recrean el ambiente de primeros años del siglo XX en lo que se refiere al vestuario y los lugares. Habían escenas con un uso bellísimo de la luz y que, al estar tan bien adaptadas del libro, te daban ese ambiente "real maravilloso" y sin necesidad de grandes efectos especiales (como ven no todo era malo).

Sin embargo la adaptación dejaba mucho que desear, habían partes en que literalmente leían pasajes del libro, lo cual me resultó molesto, en especial cuando notaba que las imágenes bastaban y sobraban para contar la historia. Puedo citar como ejemplo la parte en la que Tita derrama sangre en la comida y les produce "ciertos efectos" a los que comieron el banquete ¿Para que colocar una voz en off que lee pasajes del libro si sólo bastaba la secuencia para darlo a entender?.

Las actuación era otro talón de Aquiles, exceptuando los actores que se notaban con ya varios años de carrera (la mamá y sus criados) y que realmente te despertaban el interés sobre lo que harían. En cambio, cuando uno miraba a los más jóvenes actuar no caía en el juego que se da entre espectador y actor para creer que aquello es una realidad y no una actuación; lo que sí era una lástima porque sobre ellos caía el mayor peso de la película. De los actores, me llamó la atención que contaran con Marco Leonarni, el mismo de Cinema Paradiso (lo cual se te anuncia como un plus más), pero de qué sirve contratar a un actor europeo si apenas tuvo oportunidad de practicar su español.

En resumen, la película es de mediana calidad, no me gusta dejarme llevar por lo que unos premios dicen (pregúntenle a Titanic y sus 12 premios Óscar). Si alguien no opina lo mismo, pues "para gustos, colores"

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