miércoles, 28 de diciembre de 2011

Joaquín Pasos

Este año no se puede ir, y antes de que haga mi acostumbrada lista de recomendaciones anuales,  sin que les hable de uno de los mejores libros que leí este año: Poemas de un joven del poeta Joaquín Pasos. Este es un texto que quiero realmente recomendarles, pues desde hace mucho tiempo que no leía un libro que moviera tantas cosas dentro de mí y con el cual sintiera una identificación en muchos aspectos. A tal grado los poemas de este libro afectan a las personas que una de mis maestras me confesó que había llorado al leerlo y he de decir que yo también sentí más de un nudo en la garganta o derramé una lágrima en ciertas partes. 

Joaquín Pasos nació en la ciudad de Granada, Nicaragua, el año de 1914 y fue integrado desde los 16 años al "Movimiento de vanguardia" una agrupación literaria que en el año de 1929 pretendía acercar la literatura de esa República a lo que las vanguardias europeas y norteamericanas producían por ese entonces. Así que este grupo abanderó todo aquello que los alejara de lo tradicional y de la fuerte influencia de Rubén Darío;  por lo cual se declararon anti-parnaso, anti-modernistas e incluso fueron fundadores de una Anti-academia Nicaragüense. A este movimiento pertenecieron  José Coronel Urtecho, Manolo Cuadra, Pablo Antonio Cuadra,  Octavio Rocha, Zavala Urtecho y Carmen Sobalvarro (enamorada de Sandino) y Pedrito Ortiz (personaje imaginario que inventaron, pero que a tal grado era reconocido como miembro que cuando mandaron meterlos presos a todos, la orden de captura incluía el nombre de este personaje irreal). De corte conservador y católicos, a pesar de ser un movimiento tan sui generis, apoyaron la lucha de Sandino contra la ocupación de Estados Unidos; aunque después se pusieron del lado del primer Somoza, pues políticamente creían en "la buena dictadura" y pasó no poco tiempo para que devinieran adversarios de éste. Los vanguardistas se dieron a conocer a través de lecturas en el campanario de la Merced, semanarios, páginas culturales en los principales periódicos y revistas (¡Vaya cantidad de revistas que habían por esos años en Nicaragua!); entre los más conocidos estaban: La Semana, Página de Vanguardia y el diario La Reacción, por lo que también fueron conocidos por un tiempo como "Los reaccionarios", nombre que les trajo no pocas confusiones políticas con el paso de los años. 

Joaquín escribía desde los trece años, ingresó al grupo recomendado por su primo Pablo Antonio Cuadra, su presentación en la página Vanguardia decía de él: "Es enamorado. Fuma cigarrillos. Va a menudo al cine. Es poeta". Siempre anheló viajar, pero sólo pudo salir una vez fuera de su país en un vuelo rápido a San José, Costa Rica,  para un chequeo médico urgente. Los hermanos Cuadra y el poeta Ernesto Cardenal recuerdan que él tenía la manía de reírse a carcajadas cuando escuchaba un buen poema, nunca terminó de estudiar Derecho, siempre estaba en planes de casarse y nunca lo hacía, aprendió inglés por sí solo, era bebedor y sumamente católico. Además, tuvo una actividad notoria en la página literaria Los Lunes del diaro La Prensa desde la que atacaba con sátiras la dictadura  Somocista, lo cual  le valió el cariño de su pueblo y estar preso varias veces. Murió en 1947 en Managua, a los 32 años, Ernesto Cardenal nos narra el suceso de la siguiente forma: "Lo últimos años llevó una vida más seria, pero el organismo lo tenía minado. Fue empeorando lentamente. Murió el 20 de enero de 1947 a la una de la madrugada, cuando tenía treinta y dos años. Los Lunes habían salido a las 12 del día y cómo él era el director estaba esa tarde en su cama haciendo las cuentas de la ganancia de la edición. Entró su hermano Luis y le dijo: "Como pensás en eso cuando deberías pensar en Dios? No debemos engañarte: te estás muriendo". Joaquín preguntó a su madre: "¿Es verdad lo que dice Luis, que me voy a morir pronto?". Ella le respondió: "Sí, hijo". Y luego exclamó: "Dios me lo dio, a Dios se lo devuelvo". Joaquín se quedó callado un rato. Luego le dijo: "Poneme enfrente el crucifijo". Eran las siete de la noche, seis horas antes de su muerte. Desde entonces quedó mirando todo el tiempo el crucifijo hasta que murió. Manolo Cuadra dice que poco antes de morir le oyó decir: "Todo está preparado". Y también "No hay nada que temer".   

En vida no publicó más que algunos poemas, sátiras y artículos en diarios y revistas, colaboraciones con otros poetas, como la conocida Chinfonía Burguesa con Coronel Urtecho. Días antes de su muerte, todavía intentaba ordenar su obra para una publicación definitiva; así que de forma póstuma fue publicada la antología Breve suma y algunos años después Poemas de un joven. Esta última publicación, que es la que ocupa mi interés, fue ordenada por Ernesto Cardenal de acuerdo a la forma en que Joaquín deseaba que se hiciera:  Poemas de un joven que no ha viajado nunca, Poemas de un joven que no ha amado nunca, Poemas de un joven que no sabe inglés, Misterio indio y Corales, incluido como Otros poemas para dar lugar a sus trabajos incompletos o no clasificados en ningún libro, agregando al final El canto de guerra de las cosas. Debo decir que de los poemas contenidos y del orden en que fueron puestos es que nos nació esa identificación con la obra de Pasos; porque también nosotros hemos anhelado el viaje y algunas veces decimos que hemos viajado sin haberlo hecho realmente; hemos amado, pero no hemos amado al mismo tiempo; nos identificamos con los miserables, pero no supiéramos lo que sabemos y no seríamos lo que somos si hubiéramos sido uno de ellos y, sin embargo, como nos duele su mismo dolor; sabemos lo terrible que es la guerra; aunque no hemos vivido una de verdad y reconocemos que el mundo está perdido; pero dejamos una breve luz de salvación, antes de gritarlo lo más que podemos.

Y sin más parloteo, les dejo unos enlaces para que también puedan leer a Joaquín  Pasos, (Lastimosamente no incluyeron sus poemas de viajes en estas selecciones) y si van a Nicaragua, no duden en buscar sus libros.  El primero de los enlaces que les dejo es una antología que forma parte de los materiales de lectura de la UNAM, lo descargan en PDF o lo leen en línea pinchando en el índice de su izquierda. El segundo es Poemas de un joven que no sabe inglés en su versión completa.   

Para despedirme, quiero decir que espero visitar Granada el próximo año con unos amigos y que, cuando camine por esas calles, no podré sacarme de la cabeza el Epitafio para Joaquín Pasos que escribió Ernesto Cardenal y que musicalizó Joan Manuel Serrat.

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