martes, 22 de diciembre de 2009

Vacaciones de navidad

Bueno, hoy se acabó mi contrato y por tanto mi trabajo, además que ya se viene la navidad y el fin de año; en mi caso eso quiere decir que tendré que viajar a mi pueblo natal con mi familia para pasar estas fiestas. Mi papá vendrá a traernos a todos a Tegucigalpa ¡Y al lado de la fuerza que sea doy gracias por no tener que hacer una batalla campal por tomar un autobus a mi pueblo! (la última vez me rompieron un maletín y lanzaban niños por las ventanas). Lo más seguro es que la casa estará, tal y como se espera, con la rutina de estas fechas.

Regresar a un pueblo donde nunca encajé y que ahora llamo “mi pueblo natal” resulta muy extraño. Voy después de tan largos períodos de tiempo, que la primera impresión de cómo han cambiado las cosas resulta chocante y es cómo decía un personaje en Cinema Paradiso: al regresar y mirar que todo ha cambiado es como perder una parte importante de uno; por mucho que uno haya sentido siempre la extraña sensación de vivir en el lugar equivocado. Aunque no sólo cosas malas sucedieron y de eso devine que “Al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver”, como dice una canción de Sabina, eso lo comprobé al volver a mi antigua aula de primaria donde pasé con los mismos compañeros cinco años de mi vida, el período más largo de convivencia que he tenido con un grupo, antes del taller de literatura.

Cuando llegue a la casa mi abuela, que sufre de Alzheimer, me mirará y sonreirá como si algo muy en su interior le iluminara mi recuerdo; de forma parecida, algo iluminará el recuerdo de una nostalgia que me quiero crear, pero que sé que es mentira; pues la única nostalgia posible es por los pequeños detalles, pero nada más. No sé si sea un medio de defensa, pero si tengo presente las frases que una vez leí en El amor en los tiempos del cólera de que la mejor manera de evitar la nostalgia es recordar las peores cosas de un lugar, lo cual es algo que aplico a cada ciudad o pueblo donde he vivido y es muy seguro que se la aplicaré a este país si es que algún día me voy.

Claro que será divertido estar allá, por lo menos los primeros tres días, luego todo será como siempre y comenzaré a desesperarme por regresar, lo más seguro es que sea de los primeros en tomar el autobús directo a Tegucigalpa junto con alguna de mis hermanas; eso es lo que me comprueba lo que dije arriba de la falsa nostalgia. Es así siempre me he sentido un ser urbano y, por lo menos por ahora, no soportaría vivir en un lugar que no fuera una ciudad.

Y eso es todo lo que tengo que decir al respecto, como diría alguien que conozco. Había notado que por laguna razón ya casi no hablaba de mí en este blog, que todo se había despersonalizado un poco; pero eso es algo que esperaba y lo hice de una manera casi inconsciente, lo cual es muy bueno; porque sería muy aburrido y egocéntrico si sólo hablara de mí. Cómo ya les dije espero cambiar el nombre y el dominio de este blog, así que estense pendientes a sus mensajes a partir del primero de Enero cuando le diré adiós al Castillo de if y pasaremos a vernos en otras latitudes de blogger. Los dejo con una canción del buen Jhon Lennon:

Lástima que no haya encontrado otro video, uno menos amargo; pero ha sido un año díficil y no todo es felicidad en el mundo, así que feliz navidad para todos en el segundo país más pobre de América.

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