viernes, 20 de junio de 2008

Trópico de capricornio: Henry Miller recien salido del infierno.

Hace más de un año que leí este libro, fue en las condiciones necesarias para leerlo por el momento que pasaba en mi vida, y puedo decir que entregarse a la lectura de Henry Miller es sondear en la profundidad existencia oscura y nihilista desde el epígrafe del libro donde se te avisa que es para que sepas que tus sufrimientos no son nada comparados con los del autor.
El libro está lleno de reflexiones sobre la misma existencia que Miller no imagina sin una fuerza superior, un deseo de búsqueda de la verdadera vida que te mueva a realizarte y en el proceso destruirlo todo en nombre de esa búsqueda.
Su personaje principal, él mismo,es totalmente cruel, aprovechado, irreal y desvergonzado; es decir solamente humano. En cada página nos muestra de forma descarnada una serie de seres maltrechos en ese mundo que el circunda casi como un héroe épico o como Dante, diríamos en sus propias palabras.
Varias críticas desató la novela no sólo por su imagen despectiva de la mujer, su sadismo, su nihilismo cáustico, se acuso a Miller de egocéntrico e incluso fue llamando a declarar en juzgados de Estados Unidos por ser considerado un pornógrafo (acusación que ganaría a su favor en la corte suprema de justicia y esto daría paso a la revolución sexual).
Esta novela está escrita en primera persona, él mismo es un personaje que detesta su familia, su trabajo, su "america way of life", trabaja en una compañía telegráfica donde es un seleccionador de personal y, a modo de venganza, contrata los peores empleados y aprovecha para obtener cuanto favor sexual tenga a su alcance en ese puesto; a lo largo de la historia se desarrollan ciertos monólogos muy parecidos a los automatismos surrealistas (hay un pequeño tributo a ellos en las páginas finales); las escenas sexuales son descritas desde lo más poético a los más crudo que pueda haber en la literatura y todo el libro, como en el caso de Dante, gira en espera de conocer a esa mujer que para Miller es su igual, su tiburón devorando los naufragados en ese mundo, su arpía y su ángel.

2 comentarios:

Suny dijo...

¿Ya no te vas a conectar? Y yo que quería pasarte les litanies de satan :(

Manuel dijo...

Riete de mí, pero ya estoy de vuelta; lo que sucede es que no pienso publicar hasta el próximo mes y en cuanto a Baudelaire me lo pasás en otra ocasión, pongamonos de acuerdo el lunes en la carrera :)