Las noticias son vagas. En la mañana escuché aviones del ejército. Mis hermanas me levantaron y fuimos al supermercado que estaba abarrotado de gente. Hablé con varios amigos, uno me dijo que "Ya no soy un niño, están dando ordenes de captura para mucha gente, si me meten preso pues que me metan, ya soy un hombre y no voy a quedar callado", otra amiga me habla desde el COFADEH y me dice que va a la manifestación, que vaya también. Nos han cortado la luz, han atacado al presidente, han detenido al alcalde de San pedro Sula, ya han librando ordenes de captura contra muchos dirigentes y han secuestrado a los embajadores de Nicaragua, Venezuela y Cuba. ¡Quiero ir allá, quiero escaparme!; pero mis hermanas ya me han pedido que no lo haga; pero aun así dudo (a esta hora no he tomado una decisión). Nunca apoyé a Zelaya, pero no soporto la barbarie, no soporto haberle dicho a un amigo "Esta será la primera generación en Honduras que no verá un golpe de estado" y que eso no sea cierto, si el miedo puede más en esta ocasión, si la fuerza es la que se impone y no el diálogo ¿qué nos queda? ¿en qué somos diferentes?. Coraje, mucho coraje es lo que siento y que desde acá mi grito salga : ¡ militares y partidistas, montón de sátrapas, traidores y vende patria! en verdad que hoy como dijo Sosa Dos palabras caen en el vacío: Dios y democracia"
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