domingo, 18 de abril de 2010

Angelitos empantanados


Ayer terminó el festival Bambú, el festival de teatro internacional que se realiza en Honduras desde hace veinte años y al cual asisto sin falta desde el 2002. Lo malo es que por mis trabajos de la UNAH sólo pude ir a ver dos obras; pero qué buena suerte la mía de ir a ver la que me tocó: Angelitos empantanados.

El argumento de la obra es simple, dos jóvenes adolescentes, Angelita (una colegiala que vive fuera del mundo) y Miguel Ángel (un joven, con su seguridad particular, obsesionado con una prostituta llamada Berenice), ambos de clase alta, son novios en la Cali de los años 60's. Un día se dan una escapada y son asesinados por tres tipos, el asesinato perturba a la sociedad colombiana. Son jóvenes que de primas a primeras no veríamos en una historia normal, pero el autor no hace de la obra un hecho lineal, sino una narración en mosaico que nos permite ver todas las facetas de los personajes.

Pero más que eso, el guión de la obra utiliza todas las opciones que pueden tenerse al escribir uno, si bien está estructurada en cuatro monólogos, hace un uso magistral de todas las posibilidades que el discurso de un guión teatral le permite: Cuarta pared, quinta pared, discurso erístico, del error, coloquio, narraciones en primera, segunda persona, narrador omnisiente, etc. en perfecta cohesión. Además de momentos altamente simbólicos como el reloj en el cual veo el enemigo de Angelita, una niña que no quiere "despertar" al mundo real, también podemos, la muerte de una ciudad escenificada en un río seco por el que lo personajes y sus asesinos caminan, la charca podrida en que se ha convertido todo, etc.

La obra está basada en una serie de tres monólogos que se reunieron en un libro (novela) del mismo nombre y su autor fue Andrés Caicedo, un escritor colombiano nacido en Cali en 1951 , cuya obra se caracteriza por ser de tono realista a diferencia de lo que dominaba el panorama en aquel entonces: el realismo mágico. Se suicidó a los 25 años en 1977, no resulta extraño, pues había dicho en una obra "¡Qué viva la música!" que vivir más allá de esa edad le parecía una vergüenza. También es de notar el parecido entre Miguel Ángel y Caicedo, sólo miren una de sus fotos para comprobarlo.

La puesta en escena estuvo muy bien, realmente me asombraron, y la música de la época estuvo bien escogida; aunque no puedo opinar a profundidad pues no soy un especialista en el tema de montar obras. No es para menos, el teatro Matacandelas tiene ya varios años presentándola y en ella muchos jóvenes se han visto identificados.Tristemente siempre hay un pelo en la sopa y resulta que noté que una gran parte el público presente no estaba preparado para esta obra, pues habían momentos que a mi novia y a mí nos parecían extremadamente dramáticos; pero a la gente les parecían chistosos y la carcajada general resonaba en el teatro.

Como ya dije, ayer se acabó el festival Bambú y quiero aprovechar para felicitarlos desde este blog que no sé si los que conozco leen; pero igual lo hago. Cada año este festival se pone mejor, así que los invito a asistir al próximo.

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