lunes, 26 de enero de 2009

Nota 26-01-2009

He pasado la última semana en mi casa, apenas he salido el sábado para ir a clases de francés y rentar unas películas. Hasta hoy vuelvo a pasar de nuevo por esos lugares cotidianos y una sensación extraña me invade, como si el imperio de la vida se limitara a la siguiente cuadra donde voy a comprar y más allá no se extendiese el mundo, toda una ciudad queda anulada de la realidad para mí. El sábado y lo diré sin tapujos, a pesar de los problemas, caminé por los lugares más apartados para llegar al centro con el único fin de no encontrarme con nadie y he descubierto que estoy haciendo eso cada vez más. Debí haberme reunido con unos amigos el domingo; sin embargo hice un compromiso al que tampoco asistí y otra actividad ese mismo día fue olvidada por quienes me habían invitado; un amigo me habló en la noche de un posible golpe de estado en nuestro país y de las elecciones en Bolivia, hasta eso había pasado por alto y de repente me sentí desconectado.
¿A qué viene todo esto? no lo sé, desde hace unos meses me he propuesto no usar este blog como una especie de vertedero de mi quejumbre cotidiana y sin embargo aquí estoy. Los días van pasando y lo único que hago es estar acostado leyendo, bajar de mi cuarto para conectarme al internet y leer una bande desinée, hablar en el MSN, escribir en este blog, etc... ¿cómo decirlo? en el fondo no es la vida que deseo; pero me he acostumbrado tanto a permanecer apartado, a no depender de nadie; algo de lo que antes me vanagloriaba. De repente breves momentos me hacen sentir libre; pero no lo soy. Tanto hablar de la verdadera vida, de la realidad en otra parte, de transformar el mundo, de reinventar esa tontería que ni conozco y sólo me resta estos deseos reprimido de irme de aquí, de no esperar a nadie , ni a nada. De repente sólo quiero que lleguen los sesenta años (mis amigos saben el por qué) toda acción me resulta tediosa y más si me rodea la gente que sólo espera vivir sin querer nada más, sin esperar más que una casa, una buena familia, un trabajo estable en el gobierno; eso también me hace pensar que quizás soy un snob anarquista, egoísta y amargado. Cuando esas personas me miran y me pregutan por qué sigo en esto o aquello, por qué no voy de cierta forma, ni hago tantas cosas que a mi edad debería estar haciendo... me hartan ¿Qué saben ellos de mí? ¿Acaso me conocen realmente? La verdad al escribir esto no me importa si lo leen; aunque ellos no lo dicen (quizás sea paranoico) lo harán.
Sé, en el fondo, que sólo son étapas; pero en estos días pienso que abrazaría de nuevo el nihilismo sin dudarlo; sino fuera porque eso casi me mata la última vez y porque desde un suceso que no puedo narrar me dí cuenta de que Henry Miller tenía razón en la frase que pude leerse a la derecha de este blog. Sí, estamos solos porque pertenecemos a una realidad que no existe, es nuestro destino y no tengo la certeza cómo él para gritarme ¡Pero existirá!


3 comentarios:

Ludwing Varela dijo...

La soledad es el mundo al que algunos pertenecen, tal vez vos tenes que mudarte del todo.

Manuel dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Manuel dijo...

En definitiva es algo que haré en cuanto pueda y no sólo hablo metaforicamente.